El “carry trade” y sus riesgos

La estabilidad en el precio del dólar y la falta de alternativas de inversión que presenten buenos rendimientos hace que se vuelva a hablar de esta famosa operación, pero pocas veces se habla de lo difícil que puede resultar que sea exitosa.

Desde que se produjo el cambio de gobierno se presenta una gran incertidumbre en materia financiera en el mercado local. Se da un contexto en el que el precio del dólar se mantiene relativamente estable por varias semanas pero que se intercala con caídas y subidas significativas en pocos días, y a la vez coexisten tasas de interés negativas en términos reales producto de la alta inflación. Por este motivo ya casi no se discute en estos días cómo ganarle a la inflación, sino como perder menos frente a ella.

Descartado el objetivo de ganarle a la inflación, muchos inversores deciden intentar obtener una buena rentabilidad en dólares. Es así que vuelve a estar en boca de todos el famoso “carry trade” o “bicicleta financiera”. ¿En qué consiste esta operatoria? Considerando que el tipo de cambio parece mantenerse estable por bastante tiempo, resulta atractivo cambiar dólar por pesos, hacerlos rendir tasa en pesos (que hoy anda en torno al 8-9% mensual) y pasado un tiempo volver a comprar dólares. Es decir, se apuesta a que el tipo de cambio haya variado, respecto al primer momento, en menor medida que la tasa que se pudo haber obtenido con los pesos. Obteniendo de esta manera una jugosa ganancia en dólares en corto tiempo.

Supongamos el caso extremo en el que el tipo de cambio es el mismo en el momento inicial y en el momento en que se desarma la operación. Si el día 1 cambié 100 dólares a un tipo de cambio de $1000, hice tasa del 9% en pesos durante 30 días, es decir convertí los $100.000 en $109.000, y al cabo de los 30 días compré dólares de nuevo, habría obtenido una rentabilidad en dólares del 9% mensual.

En la realidad, sin embargo, no todo es color de rosas. Los riesgos asociados a este tipo de operaciones son muy elevados siempre, y más aún en un contexto como el actual en el que la incertidumbre política y económica lleva a bruscos movimientos de las variables en corto tiempo.

Si el tipo de cambio se dispara y pega un salto discreto toda esa rentabilidad se ve erosionada y puede acarrear una pérdida de capital muy grande. Por ejemplo, entre el 2 y el 17 de enero el tipo de cambio subió más de un 20%, es decir, un carry trade aplicado durante esos días habría producido una pérdida en dólares del orden del 15% en tan sólo 15 días. Cambios en las tasas de interés o los aspectos regulatorios también podrían jugar en contra.

Por poner un ejemplo, supongamos que teníamos 100 dólares hace 30 días, los vendimos, pusimos esos pesos en un plazo fijo a 30 días (que nos rindió 9.04% directo) y hoy, una vez que venció el plazo fijo, retiro los pesos y compro dólares nuevamente. El resultado (ganancia o pérdida) que hubiese obtenido haciendo eso en los últimos meses se observa en el gráfico a continuación. Las barras indican el resultado y la fecha el momento que se hubiese realizado el mismo, por ejemplo, el 14/2 significa que allí se volvió a cambiar a dólares los pesos que se habían puesto a rendir 30 días antes, el 15 de enero.

Como se ve, no hay ni siquiera una tendencia clara, el resultado que pudimos haber obtenido varió muchísimo dependiendo del día en que hubiéramos iniciado y terminado. Si hubiésemos empezado el 15 de enero habríamos ganado 11.4 cada 100 dólares en tan solo 30 días, una rentabilidad extremadamente alta. Si hubiéramos empezado el 20 de diciembre, en cambio, habríamos perdido 17.6 dólares cada 100 iniciales en 30 días, una pérdida enorme en muy poco tiempo. Es decir, acertar el timing correcto para que la operación sea exitosa es sumamente complicado, y en caso de errarle las pérdidas pueden ser enormes.

Esto no quiere decir que esta operatoria sea una estafa, ni que siempre sea perdedora ni que es imposible que algún inexperto la haga de manera correcta, significa tan sólo que, así como la rentabilidad esperada es alta, también son sumamente altos los riesgos que implica. Estos riesgos elevados muchas veces no son tenidos en cuenta por las personas que no tienen experiencia en el mercado financiero y escuchan o leen sobre este tipo de operaciones y las quieren replicar. Llevándolos, a veces, a grandes disgustos y pérdidas de capital. Por eso los inversores tienen que tener siempre en claro cual es su horizonte de tiempo que están dispuestos a afrontar, los riesgos que son capaces de soportar y fundamentalmente comprender que no existen ganancias gratis y sin riesgos.

También hay que desmitificar la creencia de que de esta manera se llenan de plata fácil algunos pocos, idea que impera en la opinión pública. Como se vio no existe nada de seguro en esta operación, menos frente a la intervención en los mercados cambiarios y los cepos. Son incluso necesarias estas operaciones para que el mercado sea más transparente, se corrijan los desarbitrajes y haya mayor profundidad, pero no debemos comprar espejitos de colores.

Joaquín E. Aranguiz. Miembro del Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de la Fundación Libertad.

15/02/2024

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