El negocio inmobiliario es cada vez más ágil y flexible. Si en los últimos 50 años no se barajaban otras opciones habitacionales más allá que un piso de compra o de alquiler (los más ‘aventureros’ se atrevían a hablar de pisos compartidos), en los últimos cinco años han surgido una infinidad de modalidades que intentan hacer más sencillo algo que parece tan complicado como encontrar un sitio donde vivir. Esteve Almirall, cofundador de Node Living, nos habla sobre las bondades del ‘flex living’, una especie de evolución del ‘coliving’ pero más enfocado a jóvenes profesionales y nómadas digitales y, sobre todo, con el foco puesto en la temporalidad.
Como se puede observar, el precio de los alquileres y el alojamiento en general ha venido experimentando una subida exponencial en los últimos años, sobre todo si ponemos el foco en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde se concentra el mayor número de habitantes por metro cuadrado en España. Ante esta situación, han empezado a emerger nuevas alternativas de alojamiento que se presentan como la mejor opción para aquellos jóvenes profesionales que se encuentran en un momento de transición en su vida y que, por motivos personales, académicos y laborales, deben embarcarse en nuevas aventuras y dejar sus lugares de origen.
Según datos ofrecidos por fuentes oficiales, durante 2023 el mercado del alquiler tan solo en Madrid experimentó un crecimiento superior al 13% y se prevé que las rentas sigan subiendo debido a la tensión que existe entre la oferta y la demanda, haciendo incluso más difícil el acceso de los jóvenes a una vida digna.
Hasta ahora, estábamos acostumbrados a escuchar el concepto coliving, una alternativa habitacional innovadora que centra sus esfuerzos, mayoritariamente, en el centro de las ciudades, permitiendo a las personas alojarse en ubicaciones más céntricas a cambio de compartir espacios. Aun así, la evolución de nuestro entorno ha derivado en nuevas vertientes, como es el caso del ‘flex living’, un concepto todavía un tanto desconocido que se centra en el desarrollo a gran escala en primera y segunda corona de las grandes ciudades. Más destinado a la estancia temporal a medio plazo, ofrece una solución habitacional real que apunta a ser la opción más aclamada por jóvenes profesionales que se encuentran en un proceso de transición y que está, poco a poco, ganando terreno en España.
En definitiva, el ‘flex living’ ofrece una solución al problema habitacional existente que pasa por la creación de más oferta a través de la generación de nuevo stock de alojamiento temporal, así como la autorregulación del mercado de la oferta y la demanda una vez se haya hecho efectiva la creación de nuevos espacios.
La nueva alternativa de alojamiento flexible y temporal se adapta con creces a las necesidades y preferencias de las personas, pues no solo ofrece los servicios que facilitan su día a día, sino que también se centra en crear un ambiente de networking familiar entre los usuarios que se alojan en el mismo inmueble a través de la dinamización de experiencias, puesta en común de intereses y proyectos, entre otros, algo que ayuda a combatir la conocida pero olvidada epidemia de “la soledad”.
Además, el ‘flex living’ contempla otras ventajas, aparte de la generación de comunidad, para las personas que apuestan por esta modalidad de alojamiento y va de la mano con la realidad actual que viven los jóvenes a día de hoy, como es el caso del precio competitivo en relación al mercado tradicional y el uso de espacios comunes para la realización de innumerables actividades.
Esta modalidad de alojamiento incluye en su precio mensual todo tipo de servicios para hacer de la rutina algo más fácil, desde la reserva digital de las unidades de alojamiento a través de una app, mediante la cual los usuarios también pueden conocer a otros miembros que se encuentran a su alrededor y en la misma situación, hasta servicios más básicos como la limpieza, el mantenimiento, los suministros, el wifi, entre otros. El precio también contempla el disfrute de amplios espacios comunes que promueven la convivencia, como gimnasios, espacios para hacer talleres o clases de yoga, pistas de pádel, terrazas al aire libre, entre otros. Todo ello se reúne en una única factura mensual, evitando sorpresas para los usuarios y contribuyendo al control de los ahorros.
En definitiva, y como su propio nombre indica, el ‘flex living’ permite a las nuevas generaciones de jóvenes profesionales disfrutar de un alojamiento de forma más flexible a la vez que potencia la creación de vínculos y relaciones entre aquellos que se instalan en estos espacios, convirtiéndose en un parque temático para adultos y en el destino soñado de aquellos que tienen que dejar sus casas.