El tejido empresarial español generó 588.700 puestos de trabajo en el 2do trimestre con respecto al mismo período del 2022

Fuerte recuperación del turismo tras la pandemia y del consumo gracias a la reducción de la inflación.

El mercado laboral se ha acelerado en el segundo trimestre del año al calor de la recuperación del turismo y el consumo, lo que ha redundado en un fuerte incremento de los ocupados en el sector de la restauración, seguido del transporte terrestre y el comercio minorista, además de la Administración Pública y la sanidad. Sin embargo, la industria, la agricultura y la construcción están flaqueando.

El mercado laboral ha dado un notable acelerón en el segundo trimestre del año, una vez despejada la incertidumbre en torno a una posible recesión invernal. Así, el tejido empresarial español generó 588.700 puestos de trabajo en el segundo trimestre con respecto al mismo periodo del año anterior, el 60% más que en el arranque del año, de acuerdo con las cifras de la Encuesta de Población Activa publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y, aunque la hostelería ha sido la punta de lanza del mercado laboral durante los últimos meses, gracias a la fuerte recuperación del sector turístico, que está a punto de recuperar las cifras previas al estallido de la pandemia, hay un total de 51 ramas de actividad en positivo, lideradas por los servicios de comidas y bebidas, pero también por el comercio al por menor, la Administración Pública o las actividades sanitarias.

Los servicios de restauración son el principal motor del mercado laboral y suman 90.300 puestos de trabajo en el segundo trimestre del año con respecto al mismo periodo de 2022. Esto se ha debido a la fuerte recuperación del sector turístico, que está a punto de alcanzar los niveles de visitantes extranjeros previos a la pandemia y supera con creces las cifras de gasto, si bien hay que tener en cuenta que el aumento de los costes ha limado enormemente los márgenes del sector. Además, a los servicios de comidas y bebidas se suman otros sectores también muy relacionados con éste y que también crecen con fuerza: el transporte terrestre y por tubería (que suma 71.800 puestos de trabajo), el comercio al por menor (70.500), la venta y reparación de vehículos 32.900), los servicios de alojamiento (31.900), las actividades deportivas y recreativas (26.900), el transporte aéreo (15.300), el comercio al por mayor (8.400), el transporte marítimo y fluvial (7.200) y las agencias de viajes (300).

De esta forma, el mercado laboral está capitaneado por las actividades más estrechamente ligadas al turismo y al consumo privado (si bien hay que tener en cuenta que el sector de transporte también está vinculado a esta industria), que suman seis de cada diez nuevos ocupados, pese a que apenas representan poco más de una cuarta parte de la actividad total.

Con todo, el turismo se había visto constreñido por la caída de la demanda nacional e internacional y el aumento de los precios de la energía y los alimentos había laminado el poder adquisitivo de los trabajadores, pero la situación ha empezado a cambiar por dos factores. En primer lugar, por la vuelta del turismo internacional, una vez perdido el temor al coronavirus; y en segundo lugar, por la recuperación del poder adquisitivo de los españoles por la moderación de la inflación, con una mejora de la capacidad de compra del 2,9% en el último año, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo.

La Administración Pública, incluyendo también la Defensa y la Seguridad Social pero no otros servicios públicos, aporta 56.400 ocupados más en los últimos doce meses, a lo que hay que sumar la creación de empleo en otras actividades también vinculadas al empleo público (si bien parte de la prestación es privada), como las actividades sanitarias (37.900 puestos de trabajo). Hay que tener en cuenta que el empleo público, tanto a nivel de la Administración como en cuanto a sanidad, educación o servicios sociales, ya se había visto muy favorecido durante los compases iniciales de la pandemia, mientras que el sector privado languidecía, por lo que resulta muy llamativo que el empleo en la Administración siga subiendo a un ritmo interanual del 4%, un incremento apenas unas décimas inferior al del sector privado.

Sector servicios

Además, hay numerosos subsectores del sector terciario en positivo, tanto en cuanto a los servicios a las empresas, como los personales. Así, dentro de este apartado encontramos fuertes subidas en los servicios técnicos de arquitectura e ingeniería (37.500 nuevos ocupados respecto al segundo trimestre del año pasado), el empleo doméstico (36.200), la programación y consultoría informática (35.500), las actividades inmobiliarias (32.100), las actividades profesionales, científicas y técnicas (29.900), las actividades en las sedes centrales y consultoría de la gestión empresarial (19.700), la publicidad y los estudios de mercado (19.300), los servicios personales (18.700), los servicios a edificios (17.400), las actividades administrativas de oficina (14.300), las actividades jurídicas y contables (13.800), las actividades auxiliares a los servicios financieros y a los seguros (11.900) y la I+D (9.300), entre otras ramas.

De esta forma, el sector servicios mantiene el pulso de la creación de empleo, frente a la debilidad de la agricultura, la industria, la energía y, en menor medida, la construcción que, si bien tienen algunos sectores en positivo, son pocos y con cifras muy moderadas. Así, dentro del ámbito de la industria destaca el alza de la reparación e instalación de maquinaria (21.600 nuevos ocupados), la fabricación de vehículos de motor (14.800), la de bebidas (11.200), la de otro material de transporte (10.500), la de muebles (8.400), la de minerales no metálicos (7.100), coquerías y refino de petróleo (6.300) y fabricación de productos de caucho (6.100), mientras que en la construcción únicamente crece de forma significativa la construcción especializada (30.400).

Y, aunque no hay muchos sectores que destruyan empleo, algunos de los que pierden lo hacen con caídas muy significativas, derivadas de la sequía, en el caso de la agricultura, y la de la pérdida de competitividad internacional, en el de la industria electrointensiva. Así, la agricultura, la ganadería y la caza se dejan 40.500 empleos en el último año, seguidos de la fabricación de productos metálicos (28.000), las actividades artísticas y espectáculos (25.500), las actividades asociativas (23.000), la confección de prendas de vestir (22.700), el suministro de energía eléctrica y gas (20.400), la metalurgia (14.500), los servicios financieros (13.400) y las actividades postales (13.200).

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