Comenzó muy temprano en Agroactiva y culminó su día en Fundación Libertad ante un auditorio colmado de PyMEs y emblemáticas empresas de gran porte. Mezcladas entre jóvenes emprendedores y medianos empresarios se destacaban las presencias de Gustavo Nardelli -Terminal Puerto Rosario-, Manuel Rodríguez Benítez -La Virginia- y Ricardo Griot -Pecam-. El abanico variopinto en tamaño y sector le dejó en claro a Javier González Fraga el desconcierto y preocupación de los hombres de negocios, interesados en escuchar a uno de los economistas más cercanos al presidente Macri, más allá de su función al frente del Banco Nación.
“Hoy estoy más positivo que hace 6 meses”, confesó González Fraga que le respondió a Mauricio Macri cuando lo consultó sobre la situación económica en mayo pasado. “Nosotros sabíamos que los mercados internacionales se iban a dar vuelta, todo el mundo sabía que la Reserva Federal iba a anunciar los aumentos de tasas de interés. Teníamos miedo de la situación internacional; el mundo está complicado y los que tenemos décadas en el seguimiento de los mercados financieros, sabemos que los financistas son asustadizos. Todo el mundo quiere volver a la moneda fuerte -el dólar-. Estaba en el radar de todos los que estamos en el gobierno y la prueba de esto fue la actitud del Ministro Luis Caputo en los primeros días de Enero, cuando salió a buscar los 9.000 millones que consiguió”.
“En contra de todas las recomendaciones para postergar el road show una semana, a causa de una tormenta de nieve que obligó a suspender todos los vuelos, lo hizo igual por teléfono esa misma semana porque tenía la sospecha de un cambio de política de la Reserva Federal como finalmente pasó. Lejos de habernos sorprendido sabíamos que iba a pasar. Y estas decisiones las tomamos ahora y no hace un año atrás, porque con el FMI hace pocos meses se revisaron las estadísticas y resultaron confiables. Hay que recordar que en diciembre del 2015 no teníamos INDEC- y se tardaron muchos meses en demostrar que somos confiables”.
Defendiendo el enfoque gradualista del gobierno, González Fraga explicó: “La asistencia del FMI viene a financiar el gradualismo, no viene a modificarlo, solucionando algunos desequilibrios que estaban latentes y que hacían vulnerable la política cambiaria y monetaria”. Recordó además que las LEBACS, lejos de lo que recomienda la ortodoxia, no estaban en manos de los bancos sino que estaban en manos de toda clase de inversores, constituyendo un potencial incremento de la base monetaria que hacía inestable la política monetaria con tasas de interés que se habían divorciado de la realidad del mercado: “Esta era una situación que exigía una solución que hoy está en camino”, enfatizó.
Reconociendo que el que alguna vez fue presidente de un banco central nunca deja de serlo, se adelantó a responder una pregunta cantada: “El Banco Nación puede tener objetivos que están claramente expuestos en su carta orgánica, como estimular la actividad productiva, especialmente las pymes. Dimos sobradísimas pruebas el año pasado de esto, incluso este año con un crecimiento en el primer cuatrimestre de un 23%. Fuera de toda duda, el Banco Nación entendió que su misión no era la rentabilidad colocando los depósitos públicos en LEBACS, sino que su misión es estimular la actividad productiva. Habiendo dicho esto, en los 1eros días de mayo entramos en una corrida cambiaria. En la corrida bancaria la función del Banco Nación era en la emergencia asistir al Banco Central. Las corridas cambiarias tienen mucho de irracional; se corre y no se sabe bien por qué se corre, y lo importante es no ser el último”. Así describió cómo en pocos días el fenómeno que había arrancado en una élite profesional llegó al público.
“En el marco de una corrida, hasta la plata que uno pone en ese bolsito bordó que se pasa en Misa los domingos, va al dólar. Ese lunes 7 de mayo, nos pareció que teníamos que jugar con el Banco Central adelantándonos a la corrida y no corriendo detrás de ella”, confirmó el titular del Nación justificando la política de restricción crediticia.
“Recién ahora estamos logrando una calma imprescindible para que luego de la tranquilidad cambiaria, venga la financiera. Y esto explica el rol del banco, hoy el Nación va a seguir con el casco puesto cuidando este frente durante algunas semanas más”, adelantó González Fraga a su público ávido de crédito.
Durante su exposición, y luego durante las preguntas del público el economista dio una recomendación de la que muchos se sorprendieron: “Tomen créditos en dólares, las tasas son tanto menores. Todo el proceso de restricción crediticia, que va a elevar las tasas de interés en el corto y mediano plazo, no va a afectar las tasas en dólares que todavía el mundo tiene en niveles bastante bajos. Las pymes exportadoras pueden financiarse en dólares a tasas que el riesgo cambiario está compensado por el valor de su producción que tiene su cotización en dólares. También estamos alentando la exportación de bienes de capital financiando a los clientes a comprar a tasas que van tan bajo como 1,75 directo. Esto es posible porque el Banco Nación está muy líquido en dólares”.
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