Un Vaca Muerta sobre ruedas y para todo el país. Esa es la idea que tiene el Gobierno del acuerdo automotor que firmará en las próximas semanas en Córdoba. Lo hará junto a las terminales, autopartistas, sindicatos, y autoridades provinciales, y será la segunda iniciativa de este tipo, luego de hacer lo propio en febrero en el yacimiento de Neuquén.
El objetivo es alcanzar 1 millón de unidades y proyectos de inversión por US$ 5.000 millones de acá al 2020. El año pasado se frabricaron 472.000 automóviles y hubo anuncios por US$ 1.300 millones entre Fiat, Nissan y Renault, que aguardaron el cambio de gobierno para ponerlos en marcha.
La venta de autos usados creció 5,7% en febrero
La iniciativa también apunta a aumentar la integración de autopartes hasta un 35%, reducir aranceles a la importación de insumos y bajar la tasa de ausentismo. Por otra parte, se plantea la apertura de nuevos mercados y un plan para renovar la flota.
La idea del Ministerio de Producción, encabezado por Francisco “Pancho” Cabrera, es incluir estos lineamientos en una agenda de largo plazo. “Es un tablero de control con distintas medidas que cada sector propone y que vamos a cerrar en marzo”, dijo una fuente del sector.
Pese a la suba de las ventas, las automotrices suspenden a casi 1.000 operarios.
La diferencia con Vaca Muerta, reconocen en las terminales, es que “este acuerdo es más ambicioso”. Por empezar, abarca a toda la actividad y la idea es que se puedan adherir la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Córdoba, los principales polos de la industria automotriz.
La provincia mediterránea, que será sede del lanzamiento, posee una base extendida de proveedores que abastecen a las terminales y produce cerca de un tercio de los autos fabricados en el país. Pero, además, su gobernador, Juan Schiaretti, mantiene buen feedback con la Rosada.
“Nos parece auspicioso el acuerdo porque la Argentina ya tiene la capacidad instalada para producir 1 millón de autos”, dijo a Clarín Roberto Avalle, el ministro de Industria de la provincia. No obstante, reconoció que todavía “no hay un despegue” de la actividad.
En efecto, Fiat trabaja solo tres días a la semana en su planta de Ferreyra, en Córdoba. General Motors suspendió ayer por nueve meses a 350 empleados en Rosario, donde hubo protestas. Y Volkswagen hizo lo propio en General Pacheco, con otros 600.
Una de las claves del acuerdo es reducir la dependencia de Brasil, socio que absorbe 8 de cada 10 autos exportados por Argentina y que explica la caída del 30% en la producción local en febrero. Inspiradas en España, las autoridades apuntan a diversificar mercados, con miras en Colombia, Europa y Africa.