El trabajo presencial en Rosario recuperó niveles similares o superiores a la prepandemia, según indica el último informe publicado por la Fundación Banco Municipal. Pese a la explosión del teletrabajo durante la pandemia de Covid-19, los últimos datos disponibles al cuarto trimestre de 2022 muestran que 2,4% de los ocupados en el Gran Rosario habría realizado teletrabajo de forma habitual, evidenciando una disminución en su participación respecto al año anterior y ubicándose por debajo del valor registrado en el año 2019 antes de la pandemia.
El trabajo presentado por la institución muestra la dinámica del trabajo remoto en los últimos siete años en el Aglomerado Gran Rosario (AGR) y en los 31 Aglomerados Urbanos (31AU) relevados por INDEC. Los datos disponibles abarcan el 4° trimestre de cada año entre 2016 y 2022.
Claro está que la tasa de teletrabajo es una medida resumen de la situación del mercado laboral en la región, pero no capta la diferente penetración del trabajo remoto entre las actividades económicas. Por ejemplo, en las empresas del Polo Tecnológico, 8 de cada 10 trabajadores realizaron teletrabajo de forma híbrida o full time en 2022. En los 31AU también se observa una disminución interanual en la participación del teletrabajo en 2022, aunque a diferencia del AGR se mantiene visiblemente por encima de los niveles prepandemia.
Al comparar el Gran Rosario con otros aglomerados de características similares, se observa, en primer lugar, que la pandemia impulsó el teletrabajo en todos los aglomerados, aunque en Rosario su expansión fue visiblemente menor que en el resto. Mientras en Rosario la participación se duplicó en 2020, en los demás aglomerados creció entre seis y once veces.
En segundo lugar, la participación del teletrabajo decrece en 2022 de forma generalizada, aunque sólo en el AGR se ubica por debajo de los niveles prepandemia. Por último, se destaca la penetración del teletrabajo en CABA, que actualmente supera visiblemente el promedio registrado en el período 2016-2019.
Un elemento para destacar del perfil de quienes trabajan remotamente en el AGR es su alto nivel educativo, es decir, han cursado estudios terciarios o universitarios de grado y de posgrado. Esta característica se acentuó de manera visible en 2020 y, si bien en los últimos dos años disminuyó la participación de quienes poseen el mayor nivel educativo, ésta se sostiene por encima de los niveles prepandemia.
Los últimos datos muestran que 68,8% tienen un nivel educativo alto. Esta característica del home office podría responder al tipo de tareas y actividades susceptibles de realizarse de manera remota, ya que muchas son intensivas en conocimiento y, además, a la necesidad contar con ciertas habilidades tecnológicas. En cuanto a las actividades en las cuales se desenvuelve el trabajo remoto, tras la pandemia continúan predominando aquellas vinculadas a los
servicios, aunque en los últimos años se destaca a nivel local una mayor participación del sector comercio.
Es probable que en este último sector se hayan arraigado algunos hábitos laborales introducidos durante la pandemia, de la mano de la aceleración del e-commerce que trasladó buena parte de la demanda en establecimientos físicos a las plataformas digitales.
Previo al COVID-19 el teletrabajo en el AGR estaba compuesto principalmente por cuentapropistas. La pandemia forzó a muchos empleados a realizar teletrabajo, por lo que su participación aumentó visiblemente en 2020. En los años siguientes la importancia relativa de los teletrabajadores asalariados ha disminuido, sin embargo, su nivel actual es diez veces mayor al promedio prepandemia, por lo que parecería que esta modalidad continúa siendo una opción frecuente para empleados y empresas.
