Desde el segundo semestre del año pasado, las políticas que llevó adelante el gobierno nacional complicaron a la industria que padece el 2014. Recién en abril enfrentaron el primer mes positivo después de un trimestre de caída.
Con casi un millón de unidades vendidas, los autos tuvieron un 2013 récord, superando cualquier previsión posible. Pero, después de tanto éxito, enero, febrero y marzo contó con una fuerte caída en las operaciones y recién en abril empezaron a verse indicadores positivos, con un aumento mensual del 2%, que siguió en mayo con un 4,4%.
En la cronología de inconvenientes, el cambio de gabinete en octubre hizo que se frenen las exportaciones y allí, las terminales que producían sus modelos más caros en el exterior, sufrieron un coletazo. Después se desarrolló la devaluación fuerte en enero y la incertidumbre golpeó fuerte en los clientes que pensaron dos veces antes de acceder a un vehículo.
Ante la necesidad de algunas marcas de importar unidades para el mercado interno y exportar otras, esta semana, el gobierno anunciará un acuerdo bilateral con Brasil para permitir ingresar U$S 1,6 por cada dólar que sale.
De todos modos, el reclamo más importante sigue estando en la estabilidad y la continuidad de las políticas económicas. De cara a un 2015 electoral son más las dudas que certezas que afrontará el ministerio de Economía.
A pesar de eso, desde los concesionarios se muestran optimistas de cara al segundo semestre del año, pero resta esperar la forma en la que reaccionará el mercado a las decisiones que salgan desde la Casa Rosada.
Redacción ON24