El partido de gobierno en la provincia de Santa Fe (PJ) busca irritado y mostrando su indisimulable disgusto la aprobación del presupuesto que fue presentado en el último cuatrimestre del año pasado.
Más allá de esto, la Fundación Libertad ha seguido de cerca este tema y que dice el presupuesto presentado.
El economista, Luciano Villegas, lo analizó en CNN Radio Rosario, el costado económico-financiero, y no político del mismo. En principio, los supuestos en que se basa el presupuesto provincial son similares a los del presupuesto nacional. Es decir, presenta un crecimiento económico para 2022 del 4%, mientras que el FMI pronosticó un 3% para Argentina, y el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que lleva adelante el Banco Central, en función de las consultoras nacionales también contempla un crecimiento del 3%.
Como se muestra, tanto el gobierno provincial como nacional tienen una sobreestimación del crecimiento de la economía de un 1%, que parece una cifra menor pero significa o representa un 33%. Y no es un dato menor, más teniendo en cuenta que el 65% de los recursos fiscales de la provincia de Santa Fe se basan en 3 impuestos (Impuesto a las Ganancias, el IVA y e Ingresos Brutos) que son tres impuestos vinculados con la producción y el consumo. En realidad, puede parecer poco en valores porcentuales pero en recursos económicos y monetarios puede ser mucho.
En materia de inflación; va por el mismo camino que el presupuesto nacional, estimando una inflación del 33% entonces obviamente el REM, está hablando de un 50% o más y claramente no se va a cumplir. En el presupuesto del año pasado se contemplaba un 29% de inflación y este año vuelven a caer en ese mismo error. No es un error técnico, ni un error forzado, sino que es un error “a propósito” porque cuando se tiene una recaudación por impuesto a los ingresos brutos mayor a lo presupuestado porque la inflación va a ser superior al 33% hay recursos que “en teoría” no se esperaban de los que se puede disponer discrecionalmente.
“Hay una sobrecompensación de lo que erraste por producción, pero por inflación tenés más recursos” aclaraba Villegas. Y agregó, “ahí es cuando los gobiernos nacionales o provinciales empiezan a aplicar lo que se dice vulgarmente la política del garrote y la zanahoria”. Recursos que no estaban presupuestados, hacemos una obra para el funcionario de mi mismo signo político y al opositor, nada. Algo visible entre los intendentes y presidentes de comuna y que se les adeuda del año pasado entre 2.000 y 3.000 millones de pesos.
También está condicionada la aprobación del presupuesto a una deuda del año pasado.
El economista de Fundación Libertad, señaló a su vez, que en materia de gasto, el 85% son erogaciones corrientes (sueldos, insumos de salud, educación, etc), es decir, el presupuesto provincial tiene poco margen para obra pública, porque del 15% restante que es de capital una gran parte son obras públicas, teniendo en cuenta que se habla de 90.000 millones de pesos y con un producto bruto de Santa Fe de alrededor de 1,8 billones es apenas el 5%, o sea, para poder comparar y tener una idea, las economías en general en los países desarrollados invierten por encima del 20% de su PBI.
Santa Fe está contemplando una inversión bruta del 5% de su PBI. Si a esto se le resta la amortización y la depreciación de lo que se tiene, en referencia al mantenimiento de lo que se tiene, por ejemplo, tapar un bache, una cloaca, un cableado; está arriba de los dos dígitos.
“Probablemente aunque el cálculo es bastante complejo, se esté viendo una inversión neta negativa”, sostuvo Villegas.
Hace años no se ven obras de importancia, y lo que se tiene cada vez se deteriora más. Los Estados se “han corrido” de la obra pública. Tienen poco margen de maniobra, si se tiene en cuenta que el sistema es bastante perverso. Santa Fe no es el caso más notorio, porque el 55% de sus recursos son de origen nacional, pero hay ejemplos como el de Formosa, donde el 93% son nacionales, o mismo La Rioja 91%, Catamarca 90%. No hay ningún mecanismo de incentivo para que esas provincias sean más eficientes, tengan mejor recaudación, incluso el gasto porque no tiene ningún control sobre el destino de esos fondos.
Entonces el gasto es de 850 mil millones, y no vuelve nada, ni obras, ni mantenimiento, ni buenos servicios, ni los empleados están bien pagos.
El gasto está contemplado con un aumento del 62% con relación a 2021 y las remuneraciones un 53% cuando en el supuesto inicial está diciendo que la inflación será del 33%. Es incoherente, apunta el economista.
Y redoblando la apuesta, un diputado del oficialismo declaró, como algo positivo, que esto permitiría el incremento de 11.000 empleados. Es alarmante y ridículo lo que se plantea, y muestra un desconocimiento llamativo de la realidad.
EL GASTO TOTAL ANUAL DE LA PROVINCIA DE SANTA FE ES 850.000 MILLONES DE PESOS
Con probabilidad de inversión de obra pública neta negativa, entre lo que se debe mantener y lo que se tiene que amortizar estamos en rojo. Se gasta todo en sueldos, que muchos no son buenos, como policías, maestros y médicos. Además de tener mal servicio público. La conclusión sería: “Para que se gasta tanto dinero, es inexplicable”.
Y para peor, el Poder Legislativo se va a aumentar el presupuesto en un 64% (19 senadores y 50 diputados), y ellos son los que lo terminan votando, representando un total de $ 11.500 millones (lo que cuesta la legislatura santafesina)
- 69 legisladores le salen a la provincia $ 168 millones de pesos por año.
Si estuviera bien usado, si fuera eficiente, si los gastos fueran medidos y controlados, aunque no es un problema solo de este gobierno, sino de arrastre de los gobiernos socialistas también, repartiendo responsabilidades.
