“Hay mucha gente que tiene la plata afuera por falta de confianza en el país”, apunta Enrique Lingua. El tributarista sostiene que la mejora en las expectativas, empujada por un mix de condiciones propias del blanqueo y de la nueva gestión de gobierno, hará que la exteriorización de capitales cumpla con las expectativas de recaudación planteadas; y aparezca como un instrumento tentador para las personas que tengan dinero fuera del sistema.
Según Lingua, la gran cantidad de capitales no declarados tiene que ver con el derrotero deficitario de la economía nacional. “Hay muchos que ya sufrieron el escarmiento de haber perdido dinero por confiscaciones de depósitos, o de crisis terminales de la economía como la de 2001”, argumenta. Y agrega, “Argentina no ha dado escenarios de confiabilidad, una vez que sacaste el dinero se hace difícil reincorporarlo, y se lo deja como una reserva”.
Por qué ahora
“La falta de confianza provocó que la gente tenga miedo de aparecer con dinero y que los persigan con más impuestos”, dice el tributarista. Cuestión que la gestión de Cambiemos se ha encargado, por lo menos en parte, de despejar. “El gobierno anunció con el blanqueo la eliminación de bienes personales de forma gradual hacia 2018. Esta es una señal importante de que no va haber persecución”. Y sigue, “estamos frente a un nuevo rumbo económico, hay señales importantes que hacen pensar que el escenario impositivo futuro es mejor que el que tuvimos hasta ahora, eso puede hacer que a la hora de tomar una decisión sobre el tema, la gente pueda pensar positivamente en el blanqueo”.
Menos impuestos
“La Argentina tiene que plantear un escenario de reducción impositiva, que en la actualidad es muy alta como consecuencia del excesivo gasto público y déficit fiscal”, dice Enrique Lingua. Pero para ello, “se necesita re adecuar la estructura presupuestaria, para que los impuestos bajen y el país se nuevamente propicio para invertir”.
¿Y el Impuesto a las Ganancias?
Respecto a modificaciones en este impuesto, Lingua no es demasiado optimista en el corto plazo, en tanto deben darse algunas cuestiones de fondo que llevan tiempo y voluntad política. “Mientras tengamos los índices de inflación que tenemos, que ahora son reales pero altos, va a ser difícil que se haga el ajuste de las escalas, porque va a afectar la recaudación”, argumenta.
Y concluye, “si bien la ley de blanqueo incorpora como beneficio la eliminación del impuesto a los dividendos y a las utilidades, que era del 10 por ciento; no se ha tocado es el mínimo no imponible, el impuesto que paga el empleado en relación de independencia tiene un gran impacto en el bolsillo”.