La situación de Argentina es especialmente delicada. Un país que se sumergió en la pandemia y en una cuarentena muy estricta en sus comienzos en todo el territorio, agudizó la cojera de la macroeconomía.
La nación necesita hacerse de divisas para que el peso argentino no siga perdiendo valor, pero al sector agroexportador, principal encargado de traer los dólares, se lo castiga pagándole al tipo de cambio oficial y con altas retenciones, que en el caso de la soja, alcanzan un 30%. Para peor, la semana pasada el presidente Alberto Fernández anunciaba la intervención y el proyecto de ley para expropiar a la agroexportadora Vicentin.
Estas medidas han sido consideradas por buena parte de los especialistas como inconstitucionales, además de atacar la dinámica de uno de los pocos sectores competitivos de nuestro país.
En un reportaje realizado por Walter Castro -CNN Rosario-, Marcelo Elizondo pone en valor el daño que una Ley de Expropiación puede ocasionar en el tejido productivo nacional.
En este sentido, el especialista en comercio exterior expresó: “el sector agroproductivo es el más competitivo que tenemos” como consecuencia de “empresas muy prósperas, que invierten, que desarrollan mucha capacidad tecnológica y luna cultura productiva que existe en provincias como Santa Fe, Córdoba y el interior de la provincia de Buenos Aires”.
Paradójicamente, “La Argentina es el exportador número 50 del mundo en todos los rubros”, salvo en el rubro de agroalimentos -el más castigado- que ocupa el puesto “15 en el mundo”.
Profundizando el análisis sobre la importancia del sector para el ingreso de divisas, Elizondo detalló: “De todo lo que exporta la Argentina que son 65 mil millones de dólares, 40 mil millones de dólares son producto de la agroproducción. O sea más del 60% del total de lo que exportamos es agroproductivo”. A lo que sumó “Internamente el sistema agroproductivo es el principal cliente de muchísimas otras industrias como la financiera, el transporte y la logística, los servicios profesionales… de modo que tenemos un rubro que se ha despegado de la historia argentina. Lamentablemente la historia de los últimos 40, 50, 70 años, es una historia en la que cuesta encontrar éxitos, y este es un rubro en el que hay éxito.”
Aportando más información para poner en real dimensión el peso de la agroindustria en la economía doméstica, Elizondo resaltó: “De las 15 principales empresas exportadoras en Argentina, 10 son agroalimentarias”, recordando que el país el año pasado tuvo un superávit comercial holgado, como consecuencia de la agroexportación – único sector que tiene superávit comercial intrasectorial -.
“El año pasado generó casi 30 mil millones de dólares a favor, entre lo que exportó y lo que importó”, explicó, advirtiendo que el fenómeno no se vió en el resto de los sectores. “La industria tradicional, los servicios, los combustibles y los minerales y todos los demás son deficitarios, importan más de lo que exportan.”
Sobre el caso Vicentin, opinió: “Hay que tener preocupación cuando vemos que hay una intervención obstructiva de parte del sector público porque puede romper esta virtud que el sector privado ha creado”. Recordando que “La Argentina es un país que padece de un intervencionismo económico que es de los más altos del planeta, por las cargas impositivas, por el costo de la sobre regulación, por la inestabilidad -que tiene un costo altísimo-, generando una macroeconomía muy congestiva.”
Finalizando y echando un vistazo sobre el mundo y la región dijo: “Si uno mira a la Argentina por su PBI de los últimos años, más o menos ha sido el país número 30 del mundo, ahora si uno mira por las exportaciones, la Argentina es el país número 50 del mundo, qué quiere decir esto: hay 20 países que tienen una economía más chica que la Argentina pero exportan más que la Argentina.” Y agregó “Chile exporta más que Argentina en términos absolutos. Es una economía que es un tercio de la nuestra y exporta más que nosotros”.