La inflación ha dejado obsoleta la capacidad de compra de las tarjetas de crédito. Si bien por estos días se hablaba de una ampliación de límites por parte de los bancos, lo cierto es que los clientes agotan su crédito con mayor celeridad.
“El consumidor queda atrapado en la línea de caja pensando que tiene crédito y no tiene porque las tarjetas no han acondicionado los topes a la inflación”, analiza Guillermo Rosental, Director de David Rosental e Hijos.
Consultado por la falta de reacción de los bancos, para solucionar la situación el empresario advierte: “La decisión de los bancos de no aumentar los topes a pesar de la inflación está relacionada al alto índice de incobrabilidad. Automáticamente se ponen más estrictos. Ellos tienen miedo de financiar porque sospechan que hay un período de mayor incobrabilidad”
En relación a la retracción que han sufrido los “super”, especialmente en el mes de junio y su perspectiva de continuidad, Rosental expresó: “Soy cauto, venimos de meses amesetados y seguiremos con igual tendencia”.
Por Fabiana Suárez