Las provincias bajan su desempeño

El informe que realiza el Think Tank permite elaborar un valor que resume el trabajo de cada provincia, allí, una vez más, Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantiene el liderazgo, mientras que Formosa continúa en el fondo del ranking.

El promedio provincial indica que el 15,9% de la población ocupada trabaja en el sector público subnacional. Este guarismo es 1,7 puntos porcentuales superior al registrado en el IDP 2005. Córdoba es la jurisdicción con menor proporción de empleados públicos sobre la población ocupada con el 7,9%, seguida por Santa Fe con el 8,1%. En otro orden, el máximo valor es para Tierra del Fuego con un cociente del 28,8%.

En cuanto al gasto en personal, el mismo equivale, en promedio, al 45% del  total de egresos de las jurisdicciones. San Luis es la provincia con más bajo porcentaje (30,3%) y Tierra del Fuego la de mayor guarismo con el 55,5%.

 La participación de los envíos no automáticos en el total de ingresos del conjunto provincial (incluida Ciudad de Buenos Aires) aumentó del 5,7% en 2003 al 11,9% en 2011. El monto promedio por individuo asciende a $1.629 pero con una gran discrepancia entre las economías. Por ejemplo, la provincia de Santa Cruz, que es la que lidera este listado ($9.583 por individuo) recibió 54 veces más que la Ciudad de Buenos Aires, última en la tabla con apenas 177 pesos por habitante.

El IDP 2013 verifica, una vez más, la alta injerencia estatal que padecen las provincias argentinas. También, se comprueban las importantes brechas existentes entre las distintas jurisdicciones del interior, generando un mapa dispar y de carácter estructural para nuestra economía de difícil reversión.

En forma concreta, el grupo de provincias que lidera el ranking prácticamente se mantiene desde que se elabora este indicador (año 2005) mientras que las que se ubican en lo más bajo de la tabla también. Así, Ciudad de Buenos Aires, San Luis y Santa Fe se posicionan en los primeros puestos del IDP, mientras que Formosa y Chaco constituyen los distritos de mayor intromisión pública y por ende, de más bajo desempeño provincial.

En sintonía con lo que sucede a nivel país, en los gobiernos subnacionales, el tamaño del sector público y la presión fiscal están en los niveles más altos de los últimos años mientras que el empleo público sigue siendo relevante en el mercado laboral y el deterioro de las cuentas públicas está a la orden del día. La bonanza económica del ciclo duró poco y hoy las provincias vuelven a mostrar desequilibrios fiscales y financieros.

La realidad provincial no queda ajena al avance del Estado que se observa en la economía nacional y que se refleja en múltiples índices internacionales. Esto se traduce en menores libertades individuales para que los agentes económicos puedan tomar sus decisiones de producción, inversión y consumo. Hay que operar en un contexto donde las intervenciones están a la orden del día, ya sea a través de más impuestos, más gasto que no se condice con los servicios que presta el sector público y con más trabajadores de la órbita estatal, que a la larga se traduce en la necesidad de más recursos por parte de los contribuyentes. 

 

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