Las importaciones de energía alcanzan el 42% de las reservas

Según las cuentas que maneja el sector privado en base a datos de la Aduana, el año pasado habría cerrado con importaciones de gas natural y licuado y combustibles cercanas a los u$s12.800 millones, equivalentes al 42% de las reservas del Banco Central.

Ese monto significa un aumento del 38% respecto de 2012 y un 350% contra las importaciones que había en el arranque de la gestión cristinista. El ministro del área fue siempre el mismo: Julio De Vido.

El Gobierno compra a cualquier costo para suplir la falta de producción nacional. Por eso,la curva de las importaciones sube y la de las exportaciones crece pero poco. Así, el balance de divisas del comercio energético habría arrojado, en 2013, un déficit próximo a u$s7.400 millones, desbordando nada menos que 170% al del año anterior, indicó el diario Clarín.

Para que pueda entenderse mejor la magnitud que ha adquirido el desajuste, basta con recordar que en 2007 existía un superávit de u$s4.000 millones.

También hay desequilibrios grandes en otras actividades, como en el complejo automotriz y en las armadurías de Tierra del Fuego. Todos estos números marcan un fuerte y mayor desequilibrio del sector externo. Porque si bien, según el informe del INDEC, la balanza comercial fue positiva en u$s9.534 millones, igualmente se redujo en casi u$s3.000 millones respecto de igual periodo de 2012. Y esto pasó porque las exportaciones crecieron apenas 4%, en tanto las importaciones crecieron un 11%.

Y pese a contar con un superávit comercial de u$s9.534 millones, esas divisas no alcanzaron para afrontar el pago de servicios de la deuda.

Ese “bache” explica que, entre otras medidas, el Gobierno haya suspendido el giro de utilidades y dividendos al exterior que, entre enero y septiembre, sumaron u$s6.158 millones.

De haberlas autorizado, las reservas se hubieran desplomado mucho más. Pero constituye, al mismo tiempo, una demanda potencial de divisas muy grande.

También una contracara del “cepo” al giro de utilidades es la fuerte desaceleración de la inversión extranjera y de préstamos al exterior.

El “cepo” cambiario, con la imposibilidad de atesorar en divisas, frenó la fuga de dólares pero generó otras consecuencias, como el aumento del déficit del turismo por la mayor demanda interna de pasajes y porque los turistas extranjeros prácticamente dejaron de vender sus dólares, euros o reales en el mercado de cambios oficial y se pasaron al “blue”.

En los primeros once meses del 2013 los argentinos gastaron en el exterior 2.953,1 millones de dólares, mientras que en noviembre la balanza turística resultó equilibrada, informó el INDEC. En cuanto a las armadurías de Tierra del Fuego el rojo llega a u$s3.800 millones según los propios industriales. En autos el déficit alcanzó en 2013 u$s7.000 millones.

 

Fuente: iProfesional

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