La mejora de 2024 del resultado financiero es la más importante desde 1960, según informe de Fundación Mediterránea

De acuerdo con un trabajo de Marcelo Capello, el resultado que le sigue es el de 1985 con el Plan Austral

Según el último informe publicado por la Fundación Mediterránea, firmado por Marcelo Capello, la mejora en el resultado financiero de 5,6 puntos del PIB en un año es la más importante desde 1960. Conforme indica el trabajo, ésta se debe en su totalidad a la reducción del gasto público.

“Los últimos 50 años fueron muy volátiles y de escaso crecimiento para la economía argentina, con un aumento promedio de la producción per cápita de sólo 0,7% anual. Detrás de ese pobre desempeño económico se encuentran principalmente dos causas: 1) los tradicionales problemas de competitividad de la economía local, que no impulsan un desarrollo exportador, 2) un cuasi permanente desequilibrio fiscal en el sector público nacional, que acumuló un déficit financiero equivalente a un año de producción (un PIB) en esas cinco décadas. Las consecuencias del déficit fiscal son conocidas: alta tasa de inflación (192% anual promedio en medio siglo) y una deuda pública que actualmente acumula un 88% del PIB”, explica Capello.

De acuerdo con el análisis del economista, “en lo que va del 2024, el sector público exhibe superávit fiscal después de 15 años”. Además, hace hincapié en que el siguiente mayor caso de una mejora en el resultado fiscal ocurrió en 1985 con el Plan Austral, cuando las cuentas mejoraron 4,6 puntos.

“La clave del ajuste fiscal en 2024 está en el gasto público, en todos los niveles de gobierno. El peso del gasto público consolidado (tres niveles de gobierno) pasó de 27% del PIB en 2004 a 47% en 2016. Subió 20 puntos del PIB en 12 años. Entre 2016 y 2022 bajó 5 puntos del PIB. Si el resto de 2024 las erogaciones se ejecutan como en los primeros meses del año, el gasto consolidado podría bajar a 32% del PIB. Así, en un año se habrá bajado un 70% del aumento del gasto observado entre 2004 y 2023”, apuntó.

Si bien aclara que buena parte del ajuste fiscal en 2024 responde a “licuación” de algunas erogaciones, concede que ello en alguna medida resultaba inevitable, “si se tiene en cuenta que tres cuartas partes del aumento del gasto de Nación más Provincias observado en el período 2004 – 2023 se debe al gasto en Personal (+3,4% del PIB), Jubilaciones y Pensiones (+2,9%) y Subsidios en tarifas (2,1%), en los dos primeros casos originado en un fuerte aumento de la cantidad de agentes públicos y de jubilados y pensionados”.

Luego, aclaró que no deben quedar olvidadas las familias y empresas pagadoras de impuestos, que sufrieron “un fuerte aumento de la presión tributaria en las últimas dos décadas y media, y que ahora exigen que tanto Nación como Provincias disminuyan su peso en la economía”.

Finalmente, concluye: “Una vez alcanzado el equilibrio fiscal, lo importante es no perderlo, garantizando el déficit cero hacia adelante, de modo que cualquier propuesta de mayor gasto, deba venir acompañada de la fuente de recursos para financiarla, como lo exige la ley de Administración Financiera (con menor gasto en otras partidas, aumento de impuestos o eliminando alguna exención impositiva). Es hora que Argentina cuente con una regla fiscal para asegurar el equilibrio y la solvencia estatal a largo plazo, que impida el endeudamiento insostenible o la generación de fuertes procesos inflacionarios. Mientras tanto, se debe trabajar en mejorar la calidad del ajuste, con menor licuación y más reforma del estado, eliminando impuestos muy distorsivos. Ahora que se ha logrado el equilibrio, es el momento indicado para acordar una regla fiscal de déficit cero como política de estado, que deberían asumir las principales fuerzas políticas”.

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