Con la reciente eliminación del cepo cambiario, el Gobierno puso fin a la retención impositiva del 30% sobre la compra de dólares para atesoramiento, una medida que había sido clave durante años para controlar la fuga de divisas. No obstante, esa misma percepción aún se mantiene para los consumos realizados en dólares con tarjeta de crédito, tanto en el exterior como en servicios dolarizados dentro del país, como las plataformas de streaming.
Hasta ahora, muchos argentinos pagaban sus resúmenes de tarjeta acudiendo al mercado financiero —por ejemplo, comprando dólar MEP— para luego saldar sus consumos en dólares. Con la nueva normativa, es posible adquirir dólares al tipo de cambio oficial, que ronda los $1.100, significativamente más bajo que el dólar financiero previo. Esto representa una oportunidad importante para quienes quieren ahorrar o saldar deudas en dólares sin sobrecostos.
Para pagar consumos en dólares sin enfrentar el recargo del 30%, la alternativa más eficaz consiste en comprar dólares al valor oficial mediante homebanking o en ventanilla, con un límite de USD 100 si se trata de efectivo. Antes del vencimiento del resumen, es necesario realizar un “stop debit” desde el homebanking para que no se debiten automáticamente los pesos con recargo. Luego, en la fecha límite, se debe contactar al banco para que utilice el saldo en dólares disponible para pagar directamente el resumen. También es válido comprar los dólares justo antes del pago y abonar manualmente.
De esta manera, se evita el recargo del 30%, que puede llevar el costo del dólar a cerca de $1.500, dependiendo de la cotización del día. Un dato clave a tener en cuenta es que la AFIP permite mover montos inferiores a USD 10.000 sin necesidad de declararlos en Aduana; para sumas superiores, se exige un trámite especial.
Además de este procedimiento, existen aplicaciones como Cocos que simplifican el proceso. Esta app permite pagar consumos en dólares directamente, sin necesidad de hacer “stop debit”, y sin aplicar recargos adicionales. Se puede utilizar tanto con pesos como con dólares, y sirve para gastos en el exterior o en servicios dolarizados en el país.
El nuevo esquema cambiario implica también cambios de fondo. El dólar flota ahora dentro de una banda entre $1.000 y $1.400, con un ajuste mensual del 1%. Se eliminaron restricciones como el tope de USD 200 mensuales, las trabas para empleados públicos o beneficiarios de subsidios, y los cruces entre operaciones MEP y contado con liquidación. Solo se mantiene la percepción para gastos turísticos en el exterior. Además, se puede volver a comprar dólares en efectivo en los bancos, aunque con un límite de USD 100.
Estos cambios no son aislados: forman parte de un paquete más amplio de reformas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En ese marco, el Gobierno argentino se comprometió a avanzar en la unificación y normalización del mercado de cambios, a cambio de un nuevo desembolso por USD 20.000 millones.