En el pasado mes de septiembre, en el marco del retorno a una cuarentena más estricta en la Ciudad, la facturación privada local registró una contracción interanual de 6,4% según datos del Centro de Información Económica (CIE – Municipalidad de Rosario). Debe destacarse que en esta etapa de la cuarentena se restringieron actividades puntuales mientras que otras pudieron desarrollarse mediante el uso de protocolos sanitarios, limitaciones horarias y de cantidad de personas, lo que permitió contener la
contracción de la facturación local en el noveno mes del año, siendo esta inferior a la registrada en el mes de agosto (-8,3%), acumulando una caída interanual de 11,7% en los primeros tres trimestres de 2020. Las cifras a nivel nacional, medidas a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE – INDEC), se encuentran en línea con los valores locales, siendo la caída interanual de septiembre 6,9% y la acumulada a dicho mes igual a 11,9%.
Para tener una idea más precisa de la evolución reciente de la facturación, se utiliza la serie desestacionalizada ya que, estando libre de los efectos propios de cada mes, permite realizar comparaciones mensuales. La misma muestra en septiembre una contracción de la facturación privada local de 3,2% con respecto al mes de agosto, representando este valor un cambio de signo en relación a agosto y julio, meses sin modificaciones sustanciales en la administración de la cuarentena, que registraron leves incrementos mensuales de 1,0% y 1,2% respectivamente. Debe resaltarse que, si bien en septiembre se restringen actividades no esenciales, el mayor conocimiento sobre los focos de contagio del virus y los protocolos implementados hicieron posible que la facturación privada de la Ciudad no se contraiga en la magnitud que lo hizo al inicio de la cuarentena (registrando contracciones mensuales de -15,6% y -13,0% en marzo y abril respectivamente).
Por otro lado, para observar los movimientos de la facturación de más largo plazo se utiliza el componente tendencia-ciclo, el cual no está influenciado por el efecto propio de cada periodo ni por aquellos asociados a los cambios en la administración de la cuarentena. Como puede observarse en el siguiente gráfico, dicha serie registra en septiembre su cuarto crecimiento mensual positivo y creciente, luego de presentar un piso en mayo, el cual coincide con el mínimo valor de la serie desde 2011. Al considerar el desempeño reciente de la tendencia-ciclo se observa que desde marzo de 2018 (punto máximo de la serie desde comienzos de 2011) la tendencia-ciclo presenta dos escalones marcados, cayendo entre dicho mes y diciembre de 2018 8,5%, y posteriormente registrando una caída entre diciembre 2018 y mayo de 2020 de 20,1%. Entre el mínimo del mes de mayo de este año y el mes de septiembre la tendencia recupera 5,1%.
Con datos para los primeros tres trimestres del año se actualiza la proyección de la contracción de la actividad económica local y nacional para 2020, medidas respectivamente por la facturación privada de la Ciudad y por
el EMAE. Para ello se proyectan los valores faltantes para los tres últimos meses del año mediante la identificación y estimación de modelos de series de tiempo. Estos modelos consideran que desde marzo las series analizadas se encuentran en un valor menor que a su vez es ajustado nuevamente a la baja en el mes siguiente. Asimismo, se supone que estos shocks, si bien pierden efecto a lo largo del tiempo, tienen una persistencia relativamente elevada, lo que se explica en el efecto económico que han tenido las sucesivas extensiones de la cuarentena en la matriz productiva, reduciendo la cantidad de empresas y de empleados, reflejándose esto en la tasa de desocupación de 17,9% del Aglomerado Gran Rosario (AGR) registrada en el
segundo trimestre de 2020.
Estas estimaciones definen además de la proyección puntual, un rango para la proyección de la tasa de crecimiento anual de la actividad local y nacional. Así, se obtienen tres posibles escenarios para la magnitud de la caída anual de la economía: uno intermedio, otro pesimista y, por último, un escenario optimista. Dadas estas consideraciones, se espera para el escenario intermedio que la facturación privada local se contraiga 10,5%, llegando a 12,2% en el escenario pesimista y reduciéndose la caída a 8,7% en el escenario optimista. Replicando esto para Argentina, se prevé que la actividad nacional se contraiga como máximo 11,4% y como mínimo 9,4%, siendo el valor del escenario intermedio 10,4%.
De lo mencionado anteriormente se desprende que la contracción esperada de la facturación privada de Rosario muy probablemente sea levemente inferior a la acumulada en los primeros nueve meses del año (-11,7%). Esto se explicaría debido a que al momento de reestablecer restricciones a partir de septiembre se contó con mayor información sobre el riesgo de contagio en las distintas actividades, permitiéndose el funcionamiento de muchas de ellas con protocolos sanitarios y sosteniéndose de esta forma tanto la oferta como la demanda. En este sentido, un reciente informe de la Fundación Banco Municipal muestra que si bien los ciudadanos disminuyeron en septiembre y octubre su concurrencia a lugares de trabajo, comercios, establecimientos gastronómicos y recreativos a partir de las nuevas restricciones, no lo hicieron en la misma magnitud que se registró en los dos primeros meses de cuarentena. Por estos motivos se espera que el fuerte impacto negativo que ha tenido la actividad económica en los primeros meses de la cuarentena se vaya diluyendo paulatinamente al tiempo en que tanto la oferta como la demanda se adapten a la nueva dinámica que impone la pandemia.
Finalmente, teniendo en cuenta que la economía local se está reconfigurando para encontrar un punto de equilibrio respecto a la situación sanitaria y considerando que es muy probable que este proceso continúe el próximo año, en el cual además se contará con el suministro de vacunas a gran escala en el país, es razonable pensar que el nivel de actividad económica de 2021 estará por encima del registrado en 2020. En esta línea, estimaciones locales e internacionales prevén un crecimiento de la economía argentina en torno a 5,0%. Aunque esta cifra se replique a nivel local, evidentemente resulta insuficiente para recuperar el nivel de actividad que la economía de Rosario tenía antes de la pandemia, para lo cual se requeriría un crecimiento de estas magnitudes por tres años consecutivos. Claramente, el próximo año será parte de un largo período de recuperación cuya extensión obedece a los impactos de largo plazo de la pandemia, tanto por el daño que ha sufrido la capacidad productiva como por la paulatina reconversión de actividades y la restructuración de funciones en las empresas debido a procesos de automatización y teletrabajo.