La compañía de servicios financieros digitales que opera en Argentina y México, MONI, dio a conocer los resultados de una encuesta realizada a 1.342 clientes que han utilizado los servicios de su plataforma en los últimos 18 meses. Del informe de resultados, surge que el 63% de los encuestados no cuenta actualmente con una tarjeta de crédito emitida por su banco. De ese universo, que está compuesto por personas que por contar con CBU son clientes de alguna entidad bancaria, el 40% declaró haber tenido tarjeta de crédito en el pasado, mientras que el 23% afirmó nunca haber tenido ningún tipo de tarjeta de crédito a lo largo de su vida.
Al consultar a los participantes que tuvieron tarjeta de crédito en el pasado, el motivo por el cual ya no cuentan con este instrumento de financiación, el 43% indicó haberla dado de baja voluntariamente para controlar sus compras y gastos, el 33% declaró haber sido dado de baja por tener una deuda, mientras que el 13% refirió haber sido dado de baja por aparecer en el informe veraz y el 10% haberla cancelado por el costo de renovación y mantenimiento.
Por su parte, al consultar a aquellos participantes de la encuesta que indicaron no haber tenido nunca una tarjeta de crédito sobre las razones de esta decisión, un abrumador 43% indicó que prefiere manejarse siempre con efectivo, el 25% afirmó no calificar para el otorgamiento por figurar en el informe veraz, el 21% refirió no cumplir con los requisitos solicitados por su banco, mientras que el restante 11% refiere no estar interesado en tener tarjeta.
En este sentido, MONI constituye una opción de acceso a servicios financieros orientado a los sectores sub-bancarizados. Personas que normalmente no son sujetos de crédito para las entidades bancarias y que si bien tienen acceso a una cuenta bancaria no utilizan servicios financieros básicos como una tarjeta de crédito o un préstamo personal.
“Préstamos para consumo, pago de servicios y carga de crédito en celulares y SUBE son algunos de los servicios que brindamos en MONI a individuos en la base de la pirámide, que representan un mercado que tiene una demanda claramente insatisfecha. Son personas que no pueden ser sujetos de crédito en el sistema tradicional al no contar con un historial crediticio. En MONI utilizamos variables diferentes, no tradicionales, relativas al comportamiento y otros factores asociados al cliente, que van mucho más allá del scoring típico que realizan los bancos. Con estas variables nuestro algoritmo basado en machine learning nos permite construir un perfil de riesgo de manera instantánea y predecir con mucha exactitud quién es un buen pagador o un mal pagador”, afirmó Juan Pablo Bruzzo, CEO de MONI.
Por otra parte, el estudio de MONI avanza sobre los motivos que llevaron a los encuestados a tomar un préstamo online de bajo monto. Entre las respuestas más populares se destacan: para el pago de deudas (29%), para llegar a fin de mes (18%), para darse un gusto (9%), para el pago de servicios (8%), para afrontar gastos diarios (8%), para el pago de la tarjeta de crédito (4%), para un viaje (4%), para el pago de expensas y alquiler (3%) y para la compra de indumentaria (2%), entre otros.
La encuesta también revela datos interesantes respecto a los hábitos de manejo financiero de los participantes. Del estudio se infiere que la mayoría de los encuestados prefiere manejarse con dinero en efectivo, en lugar de utilizar el circuito formal. En este sentido, el informe revela que el 44% de los encuestados no utiliza el servicio de home banking ni la aplicación de su banco para gestionar su cuenta bancaria. Al indagar sobre las herramientas utilizadas con mayor frecuencia para el pago de servicios, el 50% de los consultados afirma pagar en efectivo a través de locales de servicios de pago como RapiPago, Pagofácil, entre otros.
Sobre este particular, Bruzzo aseguró: “El gran problema argentino no es el acceso a cuentas bancarias, porque más del 80% de las personas mayores de 18 años tienen una cuenta en algún banco, sino el uso que le dan a esas cuentas. Hay que generar los incentivos y herramientas para que toda esa gente pueda hacer compras, transferencias y pagos electrónicamente, con tarjeta de débito o billetera digital, y también que se pueda invertir fácil el dinero, en lugar de ir al cajero, retirar todo de una vez y usarlo en efectivo. Muchos de los usuarios de subsidios sociales tienen una cuenta tan básica que no pueden siquiera acceder a home banking, entonces están forzados a agarrar su tarjeta de débito y retirar todo, con el agravante de que quizá parte de ese dinero se vuelque luego en el mercado informal”.