Edgardo Moschitta: “Mucha cintura no nos queda”

Charlamos mano a mano con el presidente de FECOI. Realizó un balance del 2020 y proyectó el 2021

El flamante presidente de la Federación Gremial de Comercio e Industria (FECOI) mantuvo una charla mano a mano con ON24 en la que realizó un balance del 2020. Fuera de los evidentes aspectos negativos provocados por la pandemia, la inestabilidad macroeconómica y las restricciones sobre la circulación y la actividad, destacó algunos puntos positivos en ciertos sectores como los productores de bienes durables, la construcción y, sobre todo, la agroindustria. También hizo referencia a la importancia de la digitalización, la incorporación de nuevos talentos y dejó un mensaje final sobre la resiliencia.

¿Qué balance hace de este año tan particular que hemos transitado?

Toda la situación por todos conocida ha hecho que no solo desde el punto de vista humano o sanitario tengamos mucho que lamentar. También hemos tenido una pérdida económica en todos los aspectos y en todos los sectores. Perdimos trabajos y empresas. No vale la pena hacer un balance.

Lo que sí vale la pena es hacer un análisis sobre la disímil evolución que ha tenido la situación económica según distintos sectores. Hay algunos que han logrado recuperar actividad económica que se había perdido al 100% allá por abril y que han logrado en algunos casos muy puntuales superar las actividades previas a la pandemia. Pero son sectores muy puntuales y por razones que no está claro que sean sostenibles en el tiempo. Mucha de la actividad que está habiendo podría estar debiéndose a movimientos de defensa del poder adquisitivo por parte de gente que se ha volcado, una vez cancelado el mercado del dólar, a bienes durables.

Por otro lado, la agroindustria viene apalancada por un mejoramiento de la situación de producción, tanto por los volúmenes como por la escalada de precios que ha tenido últimamente, lo cual la hace lucir mucho más sustentable. Hoy podría decir que si uno en nuestra región sale de la ciudad de Rosario y se interna en la Zona Centro-Sur de Santa Fe se encontraría que la situación está mejor que en las grandes ciudades.

¿Cuál cree que ha sido el sector más golpeado?

El centro de Rosario quizás esté un poco más afectado y esto se nota. Se ve mejor actividad en los comercios barriales que en el centro. Esto tiene que ver con cuestiones estructurales del centro de la ciudad que es un tema largo. Estuvimos mucho tiempo sin transporte público, actividades administrativas y bancarias que se desarrollaban en forma presencial directamente no están funcionando o se están haciendo en forma online. El centro se ha visto privado de una circulación importante de gente.

¿Qué ocurre con la industria? ¿Hay algún rubro que haya sufrido las consecuencias en mayor medida?

Realmente, es difícil encontrar un sector que se pueda identificar claramente como perjudicado. Son pocos los sectores industriales que quedan con dificultades generalizadas. La industria de la de maquinaria agrícola es la que se lleva todas las loas en este período, siendo la que mejor recobró la actividad.

No olvidemos que tenemos que hacer un promedio. Hay muchas que hoy han retomado la actividad, pero al hacer el promedio de todo el año les da menor al del año pasado. De hecho, se espera una caída de la producción del orden del 10 o 12%, eso en algún lado ocurrió. También hay casos de industrias que hoy andan bien, pero sus balances dan negativo.

¿Qué lectura hace del proceso acelerado de transformación digital que atraviesan las empresas?

Es un proceso que, en el caso del comercio está directamente vinculado a un cambio cultural. Hasta antes de la pandemia, venía creciendo a valores muy importantes, con lo cual, resultaba una alternativa muy interesante para el comercio como canal adicional. Hoy la pandemia ha acelerado ese proceso notablemente, al punto de que casi lo hace indispensable.

Efectivamente hay cambios culturales en el consumidor desde el punto de vista del uso, y nosotros esperamos que esos nuevos usos y costumbres persistan. El que se acostumbró a comprar por internet, difícilmente retroceda y vuelva al canal físico en términos generales.

¿Cree que puede haber en este sentido una necesidad de incorporar nuevos talentos a las firmas?

Nosotros venimos trabajando hace mucho tiempo en todo lo que es capacitación. Somos conscientes de que hace falta capacitar a la gente, pero el comerciante no tiene que ser el experto en cómo hacer funcionar el comercio electrónico, tiene que ser el que tome las decisiones necesarias para que esto funcione.

Hace falta personal capacitado en esta materia, algo que no es fácil de encontrar, no abunda. Uno de nuestros objetivos de este año era generar ámbitos de desarrollo de nuevos profesionales orientados a estos temas.

Nosotros hemos hecho suficiente en cuanto a sensibilizar y explicarle a la gente que tiene que entrar en el comercio electrónico. El que no nos había escuchado, lo entendió con la pandemia. Tenemos que hacer ahora una segunda etapa que es la de rodearlos de recursos humanos para cumplir con esa tarea.

¿Qué cree que ocurrirá en este verano atípico y el 2021?

Quizás el verano, habrá mucha gente que permanecerá en Rosario, con lo cual puede ocurrir que las caídas habituales de los consumos que se dan en enero y febrero no estén presentes. Sin embargo, sí pueden darse por otros motivos que son el deterioro de la capacidad adquisitiva de la gente, y las dificultades que producen la pandemia, las restricciones y demás.

Proyectando a 2021, esperamos un año difícil. Teniendo suerte nos queda por delante un semestre de pandemia. Aún así, quedan dudas con respecto las noticias que llegan sobre nuevas cepas y la necesidad de nuevas vacunas. Después resta ver qué pasará con la macroeconomía tan inestable que tenemos.

¿Cuánto más cree que puede soportar el sector de comercio e industria en caso de una nueva ola de contagios y restricciones?

Mucha cintura no le queda. Nosotros sufrimos una gran inundación y estamos con el agua a la cintura, sabemos que hay un desastre, pero cuando baje el agua definitivamente vamos a ver qué es lo que quedó. Hay muchas empresas que funcionan, pero habrá que ver cuando se retome la normalidad cuán lesionadas quedan. Todo lo que pasó produjo descapitalización quita margen de acción para el futuro. Creo que lamentablemente van a quedar muchas secuelas económicas.

¿Qué mensaje o enseñanza cree que ha quedado de este 2020?

Confiemos en nuestra capacidad de resiliencia del sector, del empresario. Está en el ADN del empresario el encontrar caminos alternativos ante las dificultades. No tengo ninguna duda de que a pesar de todas las dificultades, si logramos normalizar las cosas, el empresario encontrará la solución. Esperemos que factores externos no sigan conspirando contra el esfuerzo que realiza el empresario.

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