El empresario José Cardín, titular de Cardín Campos y especialista en inmobiliaria rural, indicó a ON24 que ya desde la primera devaluación de este año, en abril pasado, cuando el dólar saltó de 20 a 28 pesos, las operaciones de compra-venta de campos rurales “se empezaron a frenar”, así como también “se comenzaron a renegociar los valores de arrendamiento de campos, sobre todo en el centro y norte de Santa Fe”.
En este contexto, el corredor inmobiliario planteó dos escenarios diferentes según los rubros del sector. Por un lado, dijo que se vislumbra un buen mercado para la ganadería, a partir del crecimiento de la producción vacuna, faena y exportaciones a nuevos mercados internacionales que se están abriendo.
De hecho, días atrás, este medio daba cuenta de los ocho frigoríficos de Santa Fe que empezaron a exportar carne enfriada con hueso a China, al tiempo que otros tres están próximos a ser habilitados. Además, una empresa también de la región se encuentra realizando gestiones para ampliar sus colocaciones cárnicas en el mercado ruso.
“Hemos logrado posicionar un estatus muy bueno de los productos cárnicos argentinos en el mundo, por lo que ahora el desafío es continuar por esta senda de crecimiento, que permita el desarrollo de nuevas empresas en la provincia y la apertura de nuevos mercados de exportación”, señala el diputado de Cambiemos Federico Angelini.
En ese sentido, Cardín afirmó que “estamos teniendo muchas consultas por campos ganaderos y mixtos, porque ahí el negocio es producir ganadería a pastos naturales o forrajes, y no con alimentos balanceados o granos, donde los números no dan”. Entonces, agregó, “la perspectiva para la ganadería, donde los precios de los campos no han sufrido grandes variaciones, es muy interesante para mediano o largo plazo”.
En tanto, donde sí hubo variación importante es en los campos agrícolas, donde la situación no es tan alentadora como en ganadería, de acuerdo con el especialista, que recordó los fenómenos climáticos que han golpeado las cosechas de la región en los últimos años. “Dependemos de la lluvia en tiempo y en forma, son los riesgos de la agricultura”, señaló. “Hoy, por ejemplo, en zona núcleo un buen campo agrícola se puede conseguir en un rango de entre los 14 y 16 mil dólares. Y más para el norte de la provincia, entre 6 y 10 dólares la hectárea”, graficó.
Así, afirmó que la rentabilidad agrícola hoy “es muy baja” sobre todo por la alta carga impositiva que le imprime el sector público a los productores: “El 61% de una hectárea sembrada se la lleva el Estado. Entonces, acá, el secreto es sacar las retenciones, bajar los impuestos y que Argentina se ponga a producir”, manifestó.
Para el empresario, al brindar mejores condiciones impositivas, el sector derramaría sus excedentes sobre la economía real local, potenciando el empleo y la actividad: “La gente de campo invierte en su país y en su región, no se la lleva a Miami. Entonces, hasta que no cambie el paradigma del país, de achicar el gasto público y el Estado, esto es inviable, porque siempre se le saca leche a la misma vaca”.
REDACCIÓN ON24
