En el último año, el comercio exterior de servicios sufrió su primera caída significativa desde la eclosión de la crisis económica internacional. En aquel momento, tras diez años de crecimiento ininterrumpido, el comercio de servicios experimentó un retroceso de más de 9%; en 2014, luego de dos años consecutivos de estancamiento –que se vinculan directamente con el establecimiento de restricciones a la adquisición de divisas–, el comercio de servicios totalizó 30.854 millones de dólares, evidenciando una contracción de 7,5%.
Así se desprende de un análisis de las estadísticas oficiales efectuado por la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
Las exportaciones de servicios, que en 2014 sumaron 13.896 millones de dólares, fueron las principales afectadas; sólo en 2014 reflejaron una caída de 5,6% y, en comparación al máximo registrado en 2011, evidencian una contracción acumulada de 11%. Por su parte, las importaciones, que ascendieron a 16.958 millones de dólares, sufrieron la mayor caída desde 2002 al retroceder un 9% interanualmente.
Frente a estos resultados, solo puede destacarse la reducción del déficit comercial, que pasó de 3.918 millones de dólares en 2013 a 3.061 millones en 2014, lo que permitió aliviar la carga sobre las reservas del Banco Central en un contexto de restricción externa.
Tanto en el rubro ‘Transporte’ como en ‘Viajes’ –que representan más de la mitad del comercio exterior de servicios– se observó una mejora de la balanza comercial, aunque continuó siendo deficitaria. Esto se debió solamente a que los egresos experimentaron una caída mayor que los ingresos, básicamente explicada por un descenso relativo mayor de nuestras exportaciones y del turismo receptivo.
En el rubro ‘Otros’ –explicado principalmente por el comercio de servicios empresariales, profesionales y técnicos y servicios de informática e información– la situación fue diferente ya que la caída de los ingresos fue mayor a la de los egresos y esto produjo un fuerte deterioro de la balanza comercial que hasta 2012 era superavitaria –básicamente explicado por una pérdida de competitividad de nuestras exportaciones de servicios–.
Por último, cabe destacar que la pérdida relativa de relevancia de nuestro comercio exterior de servicios en los últimos años se observa tanto por la participación que tiene el mismo en el comercio exterior total, como por la participación de Argentina en el comercio mundial de servicios.
En primer lugar, en las últimas dos décadas el comercio exterior de servicios ha experimentado una gradual pérdida de participación en el comercio total. A principios de los 90 se ubicaba en torno al 24%, hacia finales de siglo promediaba 22% y en la última década alcanzó un pico de 20 por ciento, para representar hoy el 18,7% del comercio exterior total. Claramente, estas condiciones locales tienen su correlato a nivel mundial, en 2014 y por tercer año consecutivo Argentina evidenció una reducción de su participación en el comercio mundial de servicios, pasando de un máximo para la última década de 0,39% en 2011 a 0,32% en 2014.