Un informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, reveló que, desde el 2011 y hasta 2022, Argentina mantiene una balanza turística negativa, es decir que egresan más dólares por viajes al exterior de los que ingresan. En total, el déficit es de 23.500 millones de dólares, sólo en nueve años.
En los últimos tres años, la pandemia por Covid-19 disminuyó la diferencia a 1,700 millones de dólares en 2020, pero desde el 2021 la pérdida se incrementó unos 800 millones. En los primeros cinco meses del 2022 se acumuló un saldo negativo de 2.460 millones, casi lo mismo que en todo el pasado año.
Con 2.625 millones de dólares, el turismo emisivo fue el rubro de servicios que más dólares consumió desde enero pasado, mientras la entrada de divisas extranjeras por viajes receptivos apenas llegó a 165 millones. Los especialistas del CEP XXI consideraron que el aumento en los gastos del turismo emisivo responde a la apreciación real del tipo de cambio oficial, una valorización del peso frente al dólar.
El informe del CEP XXI (del periodo 2011 y 2020) sostiene también que el establecimiento de limitaciones a la compra de divisa extranjera y controles cambiarios -sumado al surgimiento de un mercado de cambios paralelo- hizo que “una parte considerable del gasto turístico se realice por fuera del mercado formal”.
Además, la institución gubernamental advirtió que los turistas extranjeros no cambian sus dólares en un banco sino en una casa de cambios informal, debido a la brecha que existe entre lo que se comercializa en forma oficial y el blue.
Otro dato que marcó el informe es que si bien entre 2011 y 2015 los extranjeros que llegaron desde el exterior fueron más numerosos que los argentinos que vacacionaron afuera del país, los gastos registrados en el mercado de dólares oficial fueron mayores a los ingresos.