Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe
Es una verdad a medias pensar que solamente este 13 de abril Pullaro plebiscitará su año y chirolas de gestión; junto con eso también estará visualizando la maqueta que proyectará su posibilidad de reelección – reforma de la Constitución mediante – en el 2027.
Para ello lo esencial ya lo hizo: puso en “caja” a docentes y empleados públicos, modificó los parámetros de la Caja de Jubilaciones de estatales (una verdadera sangría) y también retocó leyes relacionadas con la seguridad y la justicia, incluida la propia Corte Suprema. El ahorro en estamentos y esquemas de gobierno le permite, entre otras cosas, llevar adelante un generoso plan de obras públicas y equipamiento policial y en salud; a la par de financiamiento de sectores productivos y de investigación científico-tecnológico.
Planteadas así las cosas, los “empleados públicos” (administración central, docentes, policías y judiciales activos y pasivos) que no lo voten a Maximiliano Pullaro como cabeza de la lista de Convencionales reformadores de Unidos el 13 de abril sumamente molestos por las decisiones que tomó para esos sectores, tampoco lo harían en el 2027 para ser nuevamente Gobernador (reforma Constitucional mediante).
Primer test match
Segundo examen: la ciudadanía en general, que en el 2023 lo llevó a batir el rating de votos cuando solo era una promesa electoral; ¿vislumbrará que en estos 16 meses de gestión Pullaro cumplió con el contrato electoral?. Se presupone que nadie castiga a quien no solo no le falló, sino que consumó con creces, como aseguran desde el gobierno, aquellas promesas de campaña.
Segundo test match
¿De qué debería preocuparse entonces Maximiliano Pullaro el 13 de abril?. ¿De la resta de votos de los “empleados públicos” que le haría caer, no se sabe en cuanto, el porcentaje?, que desde luego no será el 55% del 2023. ¿De La Libertad Avanza?, aparentemente controlada por Amalia Granata y la “Locomotora” Olivera, todos neutralizados entre sí, por otra parte.
¿De Marcelo Lewandowski, que apuntalará para sí mismo el voto peronista “clásico” de pueblos y ciudades hasta llevarlo a pelear quizás el segundo lugar?
Cada cual atiende su juego
El mundo de la política concibe esta elección de Convencionales Reformadores como un tablero de dibujo de cara al 2027, partiendo de la base que Unidos tendrá amplia mayoría entre los 69 Convencionales y hará de los 42 artículos a reformar lo que le plazca, por más discurso descalificador de Granata, La Libertad Avanza, del difuminado peronismo ó el F.A.S, ya que la apatía de la sociedad por la reforma constitucional no hará sonar ningún sensor de alarma.
Así las cosas, Granata querrá saber si un triunfo sobre LLA, podría – porque no – proyectarla para ser candidata a diputada nacional en octubre; mientras los libertarios santafesinos no desearían darle a Javier Milei su primera ostensible derrota del 2025 (aunque al Presidente le interese poco y nada esta elección porque su interés está en octubre) ya que un tercer lugar – ni hablar cuarto – lo haría merecedor al cabeza de lista Nicolás Mayoraz de reproches del cuartel general (aunque bien podría decir en defensa propia “la gente no tildó la marca, yo no tengo la culpa”).
Al joven “comunista bajas calorías” rosarino Juan Monteverde que encabeza la lista oficial del peronismo (siendo no peronista), solo le interesa posicionarse en su ciudad para ser candidato nuevamente a intendente en el 2027 con su Partido Ciudad Futura. Si lo votan o no en Tostado le dará exactamente lo mismo.
Marcelo Lewandowski termina su senaduría nacional en el 2027, y sabe muy bien que aunque saliera segundo en abril, con Pullaro enfrente dentro de dos años su futuro sería volver a comentar partidos de fútbol (en el 2023 le quedaban cuatro años más en el Congreso).
Seguir como minoría en el Senado de la Nación o ser Diputado provincial serán sus opciones.
El Frente Amplio por la Soberanía aspira, de mínima, a no perder los votos del 2023; de ahí en más con Claudia Balagué a la cabeza todo es ganancia.
“Locomotora” Olivera es consciente de que forma parte de una estrategia electoral y sube al ring nada más que para ello (¿Quién le pagará la “bolsa”?).
Y no es por falta de respeto, pero el resto de las listas difícilmente supere el piso de 70 mil votos para colocar Convencionales (veremos qué pasa con Roberto Sukermann), por lo tanto sus especulaciones a futuro son tan nulas como estas elecciones.
Felipe Michlig y la unicameralidad
El apasionado líder del radicalismo Felipe Michlig, harto del oportunista discurso de Granata y los libertarios sobre la eliminación de la Cámara de Senadores para achicar el gasto público (¿molesto además porque sus pares diputados no salen a defenderlos?) utilizó el recinto de Senadores bordeando un conflicto político institucional al apuntar a la Cámara Baja, ya que si de achicar costos se trata, señaló, bien podría eliminarse Diputados que es mayoritaria; entrando de paso en la ratonera que propone Granata y los libertarios: discutir de cara a la sociedad la unicameralidad, que no está presente en los artículos de la Constitución a reformar.
Una perlita para el final que sonó como música angelical en los oídos de Maximiliano Pullaro: Cristina Fernández de Kirchner el pasado sábado en un Congreso sobre educación planteó que “tiene haber un premio a los maestros que van todos los días a trabajar”. Desde el gremialismo santafesino solo atinaron a refutar – débilmente – que “el premio al esfuerzo se llama técnicamente “incentivo”, pero se da por encima del salario digno, no se usa para bajar salarios;
son cosas distintas”.
Como diría el Vocero Adorni. Fin.