Por Javier Ojeda
Titular de Point, agente oficial Personal
@javieroje
Una de las preguntas que los padres solemos hacernos es si nuestros hijos están preparados para tener su propio teléfono celular o cuál es la edad a partir de la que tenemos que considerar esa opción.
Un móvil es una extensión de lo que naturalmente los chicos ya hacen en nuestras casas. Navegar por Internet, jugar videogames, chatear, ver películas o dibujos y acceder a grandes volúmenes de información cultural, que complementa la educación. Hasta hace pocos años, sólo pensar en que los menores estén en la web era imaginarlos con la computadora en el living o dormitorio, sobre los que teníamos un control más directo.
Luego, la multiplicación de opciones de las notebooks (y su reducción de precios), dio cierta independencia que se vio extendida con la llegada de las tabletas.
Los smartphones, que ocupan hoy el 100% de las ventas de celulares, traen consigo todas las ventajas de una computadora con el agregado de poder comunicarnos. Y junto a ellas, la gran cantidad de aplicaciones educativas, como las que hay en las tabletas.
Podemos pensar en que un móvil le da a nuestros chicos cierta independencia, pero al mismo tiempo, nos da a los padres, distintas herramientas para, por ejemplo, saber dónde están (hay muchas aplicaciones -incluso nativas de cada marca- que utilizan el GPS del equipo para darnos esa información), o que nos contacten ante una necesidad.
Según un informe de GSMA (una organización de operadores móviles y compañías relacionadas) y la telefónica japonesa NTT Docomo, en países como Argeria o Egipto, el 81% de los chicos de entre 8 y 18 años tienen un celular, siendo una de las principales preocupaciones de los padres la privacidad al utilizar los equipos, entre ellos, qué sitios navegan o con quienes hablan.
Hay distintas opciones para instalar controles parentales o habilitar restricciones que seleccionen qué funciones se pueden usar y a qué números comunicarse.
A modo de ejemplo, en móviles con Android se puede adquirir la aplicación Suricata que cuenta con un botón de pánico que al ser activado dispara un alerta a un número de celular específico; también determina las coordenadas de ubicación habitual del niño y envía un alerta cuando se registra un cambio no programado en esa geolocalización, además de guardar el historial de sitios visitados por el móvil.
En el mercado argentino encontramos distintos equipos, desde $ 899, como el LG L20 que posee una cámara primaria de 2MP y 4GB de memoria interna. El Alcatel C1 tiene similares especificaciones a $ 999, mientras que el LG L30, a un valor de $ 1.500, ofrece un tamaño de pantalla ligeramente superior.
Si pensamos en un equipo con mayores prestaciones, podemos mencionar el Moto E, a $ 3.500, que tiene cobertura 4G LTE, pantalla de 4.5 pulgadas, cámara primaria de 5 MP y secundaria VGA, con 8 GB de almacenamiento interno.
Contestando a la pregunta del título, si nuestros hijos están preparados para tener su propio celular, la respuesta es muy personal. Lo que es cierto es que nosotros tenemos que estar preparados para que ellos puedan dar ese paso, sabiendo poner los límites necesarios.