Las consecuencias de los excedentes de agua que hoy vivimos vuelven a alertarnos sobre el uso y cuidado del suelo.
Esta es una de las mayores preocupaciones que Aapresid (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) intenta poner en primer plano, al punto que el último Congreso realizado la semana pasada en Rosario “Biosapiens, la Era del Suelo” puso el eje en las buenas prácticas agrícolas como premisa fundamental para una agricultura que preserva los recursos naturales y que puede ayudar a evitar los problemas que sufrimos en estos días.
La Siembra Directa es la técnica que dio origen a esta institución y que revolucionó el campo y la agroindustria en el país. La aplicación de este método ayuda a prevenir inundaciones. ¿Por qué?
María Beatriz “Pilu” Giraudo, presidenta de Aapresid, explica que este método ayuda a evitar escurrimientos de agua e inundaciones. Este sistema que no remueve el suelo y lo mantiene cubierto con residuos de la cosecha anterior mejora las condiciones para amortiguar la caída de la lluvia y “hace que el suelo se convierta en una esponja que absorbe y guarda el agua de lluvia”.
Según el Ing. David Roggero, directivo y miembro de la Regional Laboulaye “Este sistema permite un mejor y más rápido movimiento del agua y el aire a través de los poros del suelo. Al no mover la tierra, los poros son más grandes y estables que en la agricultura tradicional.”
El Ing. José Luis Tedesco, miembro de la Regional Aapresid Chacabuco explica que “la aplicación de la Siembra Directa en el tiempo, fomenta la creación de pequeños canales internos en el suelo por acción de insectos, lombrices, raíces y raicillas formando una especie de “túneles” que permiten la absorción, inflitración y almacenaje del agua de lluvia”.
Por ende,una duda que suele aparecer queda aclarada. La siembra directa NO es un factor que provoque inundaciones, sino por el contrario contribuye a que esto no suceda.
Los suelos desnudos (sin cobertura) y desmenuzados por el efecto de las labranzas(de la antigua agricultura) son los que se impermeabilizan apenas comienza la lluvia, acumulan agua en superficie y comienzan a escurrir perdiendo agua y suelo.
Buscando soluciones
Roggero aclara que la técnica disminuye la probabilidad de que ocurran, pero no es por sí sola la solución definitiva.
“Pilu” Giraudo advierte que “la capacidad de cada suelo tiene un límite”. Por tal motivo, es fundamental contar con obras para el manejo de los excedentes de agua que deben ser planificados a nivel de cuenca y construídos desde el lugar más bajo (que recibe agua) hacia el más alto (que vuelca agua).
Es decir las decisiones políticas firmes para llevar a cabo las obras antes de que lleguen los desastres. En general son obras interprovinciales.
Atender a las alteraciones de las cuencas, planificación urbana ante las edificaciones, control de canales, obras de dragado adecuado, etc. El Ordenamiento Territorial es clave para esta planificación anticipada.
El Ing. Leandro Ventroni, del sistema Chacras de Aapresid, explica que el problema es Agro-Hidrológico y se deben plantear soluciones integrando medidas que contemplen infraestructura básica (mantenimiento y mejora de caminos, mantenimiento de vías férreas y protección de ciudades y pueblos); infraestructura hidráulica (canales de drenajes primarios y secundarios, sumados a obras de almacenamiento y regulación de excedentes en bajos naturales y lagunas); sumado a medidas de manejo de suelos y cultivos. (Fuente: Aapresid)