En el marco del congreso de Aapresid, se pudo notar el gran número de asistentes en este encuentro de productores en Siembra Directa y el notable crecimiento: 4300 inscriptos. La Sala Rizobacter acogió el panel sobre malezas difíciles y en primer lugar expuso el Ingeniero Agrónomo Pablo López Anido, quien abrió su charla con la controversia existente entre el problema del control de malezas, versus el problema de la malezas resistentes.
En primer lugar, planteó los pilares del manejo sustentable en la prevención de malezas como una comunidad de malezas versus el problema de malezas dominantes. El uso de herbicidas en función de rotación de principios activos versus el uso de herbicidas específicos en función de eficiencias de control.
Para dejar definiciones a los cientos de asistentes, López Anido hizo referencia a que el ideal es trabajar sobre los campos que no tengan problemas de malezas difíciles y mirando hacia adelante consideró imprescindible expresar: la difusión de biotipos de malezas resistentes y tolerantes a los herbicidas representa una amenaza que crece a ritmo mayor que otras amenazas como puede ser el agotamiento de nutrientes del suelo.
Otro punto a tener en cuenta según sus dichos es que el problema no se va a solucionar con herbicidas, hacen falta acciones proactivas en función de manejos sustentables, que eran impensados en el tradicional manejo de sojas RR.
Y por último, resaltó que los criterios de estos manejos van a tener que ser moldeados con la participación activa de los productores, “más tecnología de procesos que de los propios insumos”, insistió.
Seguidamente tomó la palabra Kevin Bradley Dr. Ph D, Profesor Asociado en la División Ciencias de las Plantas de la Universidad de Missouri, quien se desempeña en Extensión e Investigación en área de manejo de malezas, hizo una expresa referencia a la experiencia vivida en los Estados Unidos respecto del control de malezas difíciles. Y comparó la evolución ocurrida en Estados Unidos y Argentina respecto a la resistencia de malezas y a las similitudes en cuanto a las especies existentes.
El investigador mencionó específicamente las especies de Amaranthus Rudis y Amaranthus Palmeris, que serían en Argentina el yuyo colorado. Dichas especies hoy resultan imposibles de combatir en los Estados Unidos en un cincuenta por ciento (50 %) incontrolables con el glifosato. Debido a que son malezas que crecen muy rápido, que producen millones de semillas por planta y que van criándose con resistencia en áreas de suelo muy ampliadas.
Los amaranthus resisten dos o más modos de acción.
A continuación, el expositor indicó que los principales problemas en Estados Unidos obedecen a un cambio tardío en la mentalidad de los productores y que la resistencia es biológica. “Resulta indispensable identificar la debilidad de la maleza para poder destruirla”, señaló y resaltó que para combatir el fenómeno se requiere un cambio en la predisposición mental en tres aspectos: Tecnológico; Biológico y Conductual.
Respecto del tercero, el disertante aseveró que resulta ser el más difícil de conseguir, “ya que se debe lograr que los productores cambien de lo sencillo a lo complejo y de procesos más baratos a otros más caros. Todo lo cual resultó muy costoso y demandó mucho tiempo en los Estados Unidos”.
Sin dudas, para el Dr. Kevin Bradley, a fines de lograr lo planteado y que cada vez más gente opine que “es necesario obtener resultados más eficaces hay que generar grupos de acción y que éstos sean proactivos”.
A modo de cierre y como parámetros para llevar a cabo los objetivos, Bradley expresó varios puntos a tener en cuenta, entre ellos, el impacto de la rotación de cultivos, el espaciamiento de las hileras de siembra y el control de semillas de maleza en las cosechas. (Aapresid)