Las emociones generan diferentes respuestas en las personas. El Dr. Juan Pedro Sapene, integrante del Servicio de Psicología y Psiquiatría de Grupo Gamma y especialista en el Tratamiento Integral de las Adicciones de nuestro Centro de Neurociencias Los Manantiales, nos invita a conectarnos nuevamente con nuestras emociones.
Durante la adicción activa, esto es antes de iniciar un tratamiento, muchas personas pueden sentir una gran variedad de emociones. Si en las primeras etapas de la enfermedad adictiva experimentaban algo de felicidad, luego quieren sentir más de eso con drogas o alcohol. O al revés, si se sentían tristes, en soledad o angustiados buscan tratar o “anestesiar” esos estados emocionales con la sustancia o conducta preferida.
Posiblemente y después de algún tiempo, las personas en consumo activo dejan de experimentar emociones. Los sentimientos se “aplanan” y pierden fuerza, o tal vez se sienten muchas cosas a la vez lo que puede llevarlos a no saber cómo diferenciar que sienten. Sea como sea, esto puede hacer que se desorienten, con altos y bajos emocionales al inicio, para luego no sentir nada en absoluto, es como si las emociones estuvieran lejos y uno ya no las sintiera.
Después de algunas semanas de abstinencia las emociones suelen reaparecer, y es posible que no sepan cómo identificarlas. Esto es esperable ya que las sustancias pueden hacer que no comprendan cómo se sienten realmente. Las drogas no sólo impiden que pensemos correctamente sino que también distorsionan a las emociones.
Si experimentan mucha ira al comienzo del tratamiento, concluyen después que no era más que una pequeña frustración. O, si algo les parece terrible y super preocupa, entienden que con planificación las cosas se pueden solucionar, la ansiedad disminuye y no se sienten tan mal, pueden tolerar mejor la situación y no la viven como algo insuperable.
Dentro del grupo de tratamiento, con el terapeuta o amigos en abstinencia, pueden empezar a hablar de lo que sienten. Al compartir con otra persona lo que experimentan emocionalmente reaprenden a vivir sin escapar de las emociones. Si antes cuando sentían algo consumían alcohol o drogas, hoy pueden tener otra respuesta: volver a estar en contacto con las emociones sin tenerles miedo, experimentando y viviendo lo que sienten.