El ordenamiento de la disposición final de los residuos (y la cada vez más lejana consigna “basura 0”) y del trabajo, generalmente informal de los recuperadores urbanos o cartoneros, sigue siendo todo un desafío para los grandes municipios.
En el caso de la ciudad de Córdoba, comenzarán a incorporar a los recuperadores urbanos al sistema formal. ¿Cómo? A través de la habilitación de las cooperativas para la prestación del servicio público de recolección de residuos a grandes generadores.
La iniciativa surge de un trabajo articulado entre el municipio y la Federación de Cartoneros que agrupa a unas 15 cooperativas. De este modo, la municipalidad de Córdoba busca avanzar en el ordenamiento del sistema, brindando al reciclador contar con la seguridad de la entrega del material, y al gran generador de residuos una solución, porque contará con días y horarios para entregar los deshechos.
En efecto, los recolectores habilitados deberán reunir una serie de requisitos, entre ellos las autoridades definieron la prohibición del recupero a tracción de sangre (uso de caballos). Mientras que la recolección se va a poder hacer en carros de a pie que va a proveer el Ente Córdoba Obras y Servicios (Coys), que además garantizará la compra de residuos secos.
En cuanto a la tarifa que cobrarán los recolectores, ésta quedará librada a “la competencia de mercado”. En tanto, las autoridades cordobesas señalaron que habrá una coexistencia de servicios y una competencia entre las empresas privadas y las cooperativas.
Por su parte, la Ciudad de Buenos Aires cuenta con un modelo de gestión social de residuos secos, compuesto por 12 cooperativas y 6.500 trabajadores entre recuperadores urbanos, promotoras y operarios de logística y de centros verdes.
Vale señalar que desde 2002, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, inició un programa que contempló la integración de los recuperadores urbanos al circuito formal de trabajo, que entre otras medidas incluyó una adecuación de la metodología de sus tareas que pasaron de realizarse en la vía pública a realizarse en los Centros Verdes. Se trata de 16 espacios de trabajo seguros donde se clasifica el material de forma eficiente gracias a las maquinarias dispuestas.
En ese marco, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño impulsó recientemente el plan BA Recicla, que apunta a mejorar la infraestructura de disposición, recolección y tratamiento de los residuos.
A partir de la puesta en marcha de BA Recicla, se reorganizó el mapa de recorrido de los recuperadores optimizando su distribución territorial. De este modo, todo el material reciclable que se recolecta por los diferentes medios de captación es destinado a los 16 Centros Verdes. Allí se los clasifica por tipo y condición, se los pesa, enfarda y prepara para su venta y reinserción dentro del circuito productivo como materia prima.
¿Cuál es la situación en Rosario?
A partir de la experiencia de las ciudades de Córdoba y Buenos Aires, Carlos Cardozo, concejal de Juntos por el Cambio, señaló que “Rosario debe avanzar en la discusión total de su esquema de higiene urbana: nueva ordenanza de basura cero, nuevos pliegos de concesión de la recolección, nuevos paradigmas de reciclaje y programación urgente de la disposición final de los residuos orgánicos”.
Y destacó que “es inconcebible que toda la región esté llevando su basura al relleno privado de Ricardone sin pensar en una opción de recambio o reemplazo en un mediano plazo”.
Con respecto al reciclado, Cardozo explicó: “Hay que pensar en 3 ejes: instalación de más contenedores naranjas en toda la ciudad, activación de la planta de tratamiento de VGG que se habilitó hace 4 años y medio y a la que no entró aún un solo camión por desinteligencias entre la provincia y los municipios y un ordenamiento inclusivo de los recolectores informales, con un modelo que puede tomar como base la gestión de la CABA y su interacción con cooperativas”.
