Es de público conocimiento el gran componente emocional que tiene el aumento de peso. En diálogo con la Psicóloga María Dolores Conde, especialista en trastornos de la alimentación, ON24 te acerca el por qué utilizamos la comida como un ansiolítico y te cuenta algunas situaciones con las que podés sentirte identificado.
¿El estrés engorda?
Aproximadamente un 30% de las consultas tienen su origen en la gratificación que se encuentra con la comida o por utilizarla como “ansiolítico”. Se estima que un 50% de la población presenta sobrepeso y dicha cifra aumenta año a año. El estrés crónico, la vorágine laboral en la cual estamos inmersos en la actualidad, aumenta los niveles de estrés y se activa un sistema para aplacarlo y uno de ellos es comer en exceso, no tener un orden en las comidas, la búsqueda de alimentos no saludables como fuente de recompensa y los alimentos como un medio de gratificación. Podemos engordar sufriendo estrés crónico ya que el mismo aumenta una sustancia (Hormona Cortisol) y cuando uno ingiere alimentos esta hormona baja. Actuando el alimento meramente como ansiolítico ya que cuando como, la misma baja. Pero aquí el problema no se resuelve ya que es un ansiolítico de acción inmediata, una tranquilidad corporal temporaria. Por ello es importante discriminar entre el hambre y “las ganas de”, entre hambre real y emocional, y que la comida allí cumple la función de regular la ansiedad.
¿Por qué a muchas personas el insomnio les da apetito?. Muchos relacionan el asalto a la heladera como una conducta fuera de control, difícil de reprimir.
En principio el Síndrome del Comedor Nocturno se da en personas que padecen de insomnio. Las personas que lo padecen presentan ataques incontrolables de hambre en mitad de la noche y llegan a ingerir aproximadamente un 70% de las calorías diarias durante el trascurso de la noche. Generalmente dicho síndrome trae como consecuencias problemas de sobrepeso u obesidad. Cuyas características son, anorexia matutina, es decir, falta de apetito durante la mañana. Muchas veces sienten culpa por la excesiva ingesta alimentaria y quieren revertir esta situación de descontrol alimentario mediante un ayuno prolongado. Es importante mencionar que como consecuencia se da un apetito nocturno que es difícil de revertir y controlar, a lo que llamamos hiperfagia nocturna, y se da principalmente debido a la reducción de Ia ingesta y desorden en la alimentación durante el día. Sufriendo Alteraciones en el Sueño y de su reloj biológico.
¿Qué emociones o pensamientos hay detrás de estas personas?
Cuando tenemos a estos pacientes, que generalmente son personas exitosas, con mucho control y son obsesivos ya sea en sus trabajos, familias y en su vida personal, se sienten muy desanimados por encontrarse a sí mismos en situaciones de descontrol, ya que los enfrenta a sentimientos de frustración y como consecuencia baja autoestima en este aspecto. Debemos en primer lugar explorar que hay detrás de la ansiedad, es decir, no ir contra ella y querer “aplacarla” sino, revisar que es lo que nos preocupa, nos da incertidumbre, que nos hace sentir vulnerables, con miedos, bronca, enojo, o simplemente puede ser un modo de gratificación y relajación. Además, es importante que el paciente comprenda que el desarreglo en horarios y los alimentos ricos en hidratos de carbono, muy salados, crocantes y grasos generan mucha adicción, como así también aquellos que presentan una combinación de hidratos de carbono y azúcar. Muchas veces llegamos de trabajar cansados, agotados y sin ganas de dedicarle tiempo y atención a lo que comemos y abrimos a heladera en busca de algo “rico” como medio de recompensa. Los sentimientos y pensamientos que se encuentran por debajo de “la punta del iceberg” son sin dudas las mejores herramientas para encarar un cambio de vida por uno más saludable, mejorando hábitos y conductas que en la actualidad la sociedad, los tiempos, la publicidad, las fiestas, los encuentros sociales lamentablemente favorecen a un ambiente obesogénico. Liberando finalmente a la persona de aquellos sentimientos y pensamientos que lo aquejan y siempre recurre a la comida como medio más eficaz para aminorar su ansiedad, preocupaciones, angustias, o por qué no también, felicidad.