La bandera del deporte de Rosario flameó bien alto en los Juegos Panamericanos de Toronto. Una vez más, los atletas oriundos de la ciudad dejaron su huella en uno de los eventos más importantes del continente americano y cosecharon un saldo de cinco medallas de oro, dos de plata y cuatro de bronce.
La experiencia y la juventud se conjugaron de la mejor manera en tierras canadienses. Así, se destacaron la medalla dorada de un guerrero de decenas de batallas como Manuel Brunet en el hockey sobre césped; los festejos en la cima del podio de los jóvenes Sebastián Solé y Pablo Crer con el seleccionado de voley; los palazos en el agua, en canotaje, de Ezequiel Di Giácomo y los zurdazos con la raqueta de Facundo Bagnis, un rosarino radicado en Armstrong.
El logro de Brunet significa la consolidación del hockey masculino y rosarino, una disciplina que crece y que suma cada día más adeptos en la ciudad. La gloria alcanzada por Crer y Solé en el voley es la síntesis del trabajo que se hace desde la cantera de los clubes rosarinos. El oro de Di Giácomo es premio al esfuerzo en un deporte con poca difusión y mucho sacrificio, mientras que el logro de Bagnis es un reconocimiento a un joven que privilegió el sentimiento por su país y dejó de lado por quince días los viajes en el circuito ATP de tenis. La alegría del tenista zurdo fue doble, ya que en pareja con Guido Andreozzi se llevó la medalla de plata en la disciplina de dúos masculino.
Por otro lado, el joven Emiliano Boffelli, joven surgido de Duendes y con enorme futuro en el rugby argentino e internacional, arañó el oro y finalmente se colgó la plateada con los Los Pumas 7.
Cuatro fueron los rosarinos que escalaron hasta el tercer lugar del podio y lucieron orgullosos las medallas de bronce: en remo, María Clara Rohner en la categoría cuádruple par (quedó 4ª en doble par ligero); en golf, Alejandro Tosti en la categoría por equipos mixtos (fue 7º en individual); y en squash, los hermanos Robertino y Rodrigo Pezzota en equipos.
El resto de los rosarinos presentes también dejó su marca. En gimnasia artística, ‘dolió’ el 5º lugar en anillas de Federico Molinari cuando mereció mejor puntaje, mientras que Nicolás Córdoba quedó 8º en equipo. En beach vóley, enorme fue la actuación de Nicolás Capogrosso, quien llegó a la instancia de cuartos de final y finalizó en 5ª ubicación. En canotaje, Martina Isequilla fue 5ª en K1 500 metros; en equitación, Bruno Passaro no pudo participar ya que quedó como suplente en salto por equipo, prueba en donde Argentina fue medalla de plata; en esquí náutico, Alejo de Palma quedó 7º en wakeboard; en fútbol femenino, Alana García con el seleccionado nacional culminó 8ª; en levantamiento de pesas, Iván Palacios terminó 8º en 94 kilos, 8º); en aguas abiertas, Julia Arino se ubicó 12ª en la prueba de 10 kilómetros; en natación Marcos Barale se clasificó 11º en 100 metros mariposa; y en squash, Fernanda Rocha quedó 5ª en equipo, 9ª en individual y 5ª en dobles.
Por último, los deportes de conjunto con gran presencia de rosarinos complieron una destacada actuación. Así, el nado sincronizado por equipo quedó en 5ª colocación con Camila Arregui, Sofía Boasso, Brenda Moller, Etel Sánchez, Sofía Sánchez, Lucía Díaz y Sofía Eliceche. Lss mellizas Sánchez se ubicaron sextas en dueto. También en el agua, pero en waterpolo, las chicas argentinas fueron octavas con Camila Bertaina, Carla Comba, Laura Font y Dana Gerschcovsky (radicada en Europa), mientras que los chicos quedaron cuartos y arañaron un histórico podio de la mano de Emanuel López, Tomás Bulgheroni, Iván Carabantes, Esteban Corsi y Franco Demarchi.
En tanto, no sólo deportistas rosarinos hubo en Toronto. También hubo entrenadores, jueces y dirigentes. En esgrima nos representó Carlos Enrique Moyano (jefe de equipo); en gimnasia artística Juan Carlos Pinto (entrenador), Enrique Salanitro y Fabián Stamatti (jueces); en nado sincronizado, Mónica López (entrenadora); en waterpolo femenino, Gabriel Martino (entrenador) y en masculino, Nahuel Alfonso (entrenador), Gabriel Monguzzi (asistente) y Diego Luna (jefe de delegación).
