El proyecto “CLIPAPA: ampliando la frontera agrícola de la papa para disminuir los efectos del cambio climático”, llevado a cabo por especialistas del INTA Balcarce en representación de la Argentina, fue galardonado con el Premio a la Excelencia Científica 2015 por el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (Fontagro). Con la participación de varios países, esta investigación estudió más de 300 genotipos de variedades de papa para identificar las regiones cromosómicas asociadas con el comportamiento ante sequía y enfermedades.
“Es un proyecto que busca ampliar la frontera del cultivo de papa frente a los problemas de cambio climático”, aseguró Marcelo Huarte, coordinador del proyecto por la Argentina y especialista del grupo de Papa del INTA Balcarce –Buenos Aires–, junto con Silvia Capezio y Cecilia Bedogni, investigadoras de la misma unidad.
El proyecto se basó en el estudio de más de 300 variedades de papa de todo el mundo que fueron analizadas en condiciones de sequía en Mendoza, de alta producción en Balcarce y a través de estudios en invernáculo y laboratorio. Con tecnología para el mapeo de genes, se estableció la composición genética de cada variedad a fin de conocer cuáles son las regiones cromosómicas relacionadas con el buen comportamiento ante sequía, tizón tardío, virus y nematodes.
“Es importante estudiar la tolerancia a la sequía y la respuesta a ciertos patógenos como fitóftora, ya que son situaciones que se verán afectadas por el cambio climático”, explicó Huarte, en referencia a la investigación que, en el marco de una iniciativa de cooperación internacional, fue realizada entre 2011 y 2014 por científicos de Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Uruguay y coordinada por Enrique Ritter de Neiker, especialista de España.
Dedicado a financiar la innovación científica y tecnológica en el agro, el Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria distinguió el proyecto CLIPAPA entre más de 100 proyectos latinoamericanos por sus resultados vinculados con la resistencia a estrés abiótico y biótico y la identificación de algunas cualidades fitogenéticas útiles para el mejoramiento del cultivo.
Tizón tardío bajo la lupa
De acuerdo con Huarte, los ensayos a campo pudieron comprobar que los cultivares Serrana INTA y Nevada, utilizados como progenitores femeninos, fueron los más eficaces en la transmisión de la resistencia a tizón tardío a sus progenies. Por su parte, el clon BT 84.529.5 se comportó como resistente en Tafí del Valle y en Balcarce y se detectó una amplia variabilidad de comportamiento frente a la enfermedad entre los 201 genotipos evaluados en ambas localidades.
En tanto, evaluaciones realizadas en Balcarce mostraron que los cruzamientos Robusta x Libertas y Robusta x Chotañawi redujeron la enfermedad hasta un 74.4 % y fueron clasificados dentro de la categoría resistente. “Estos materiales son de gran utilidad para la pequeña agricultura familiar y para las comunidades aborígenes del NOA”, remarcó el especialista del INTA.
Asimismo, Huarte destacó el potencial de la especie Solanum berthaultii por sus propiedades para avanzar en el mejoramiento genético de la papa. “En una población de Solanum berthaultii, se halló una variabilidad fenotípica en la densidad y tipo de tricomas y en el comportamiento frente a tizón tardío que, al ser dos variables sin correlación entre sí, permite aislar los genes e introducirlos en otras especies”, explicó.
Resultados sobre sequía
Según el técnico, se comprobó que existen alrededor de 50 clones y variedades que, expuestos a las condiciones agroecológicas de Balcarce y Mendoza, resisten el déficit hídrico y generan rindes aceptables para la zona. “La sequía no afectó la emergencia del cultivo, pero sí elevó los tenores de materia seca”, afirmó Huarte, al tiempo que dijo que la papa cultivada mostró una mayor proporción de genotipos tolerantes a sequía que las especies silvestres S. tarijense y S. chacoense.
Por su parte, los cultivares Agata y Karú y los clones B03.565.7 y B01.504.2 registraron el mejor rendimiento obtenido bajo invernáculo en condiciones de estrés. Al igual que lo observado en campo, Huarte destacó que los genotipos con reducciones de rendimiento menores al 30 % correspondieron a la especie S. tuberosum ssp. tuberosum.
Por último, el técnico aclaró que algunos genotipos sometidos a sequía en invernadero redujeron su rendimiento a menos del 50 % respecto del control y del contenido de prolina. “La correlación entre el peso del tubérculo y el contenido de prolina fue de 0.58 a los 40 días, por lo que tiene cierta utilidad como valor predictivo del comportamiento frente a sequía”, concluyó Huarte. (INTA)