El CEO de G70 Desarrollos, una de las constructoras más importantes de la ciudad, Ari Milsztejn, dialogó con ON24 para el Especial de Urbanismo y se refirió a los cambios en la demanda para comprar unidades habitacionales, así como también en lo que respecta a los inversores en real estate. Además, pidió rever la actual Ley de Alquileres y sostuvo que el Centro de Rosario necesita reglas de juego claras para que sea tentador para los desarrolladores.
¿Es buen momento para construir?
Yo creo que es muy buen momento. La construcción sigue siendo barata, porque Argentina está barata en dólares. Hoy hay unos 400 edificios activos. Si bien los precios se empezaron a acomodar, sigue siendo barato. No sé si es el mejor momento para vender, porque el mercado comprador busca precio hoy; entonces, tenés que ajustar mucho los costos para poder salir competitivo.
¿Cuándo arrancó ese momento?
Rosario ya viene creciendo mucho desde el 2002. Hasta el 2008 hubo una explosión tremenda en la construcción, que creo que, de alguna forma, la frenó la 125. Yo siempre digo que eso marcó un antes y un después. Pero hoy estamos viendo un suceso histórico, porque hoy la soja está en 600 dólares y estamos en el valor de construcción más bajo de los últimos 20 años, con lo cual creo que hay que empezar a seducir al agropecuario, de que es un bueno momento para apostar al ladrillo.
¿No está derramando el campo?
No, por eso creo que hay que atraerlo; de hecho, nosotros armamos el Plan Agrocanje.
Ves un mercado cambiado, entonces…
Hay una reconversión general del mercado. Nosotros tuvimos mucho tiempo las obras frenadas y después, con 5 personas por obra. Y ahora se están empezando a ver los movimientos de nuevo, porque seguro el valor de la propiedad va a tener apreciación.
¿Quién compra hoy?
Hoy no compra demasiado el campo ni el inversor de renta, que prácticamente desapareció del mercado, es decir, aquel que, por ejemplo, compraba para completar una jubilación. Ve que su inversión no es rentable y eso es un tema que hay que resolver. Tenemos que rever la Ley de Alquileres. Sí están comprando el inversor de reventa, que quizá es un poco más sofisticado y entiende que entrar con estos valores es buen negocio; y el consumidor final, que compra más que hace dos o tres años atrás. Está comprando de forma especulativa y agresiva. Si bien los valores bajaron en dólares entre un 25 y 30 por ciento, el consumidor final viene con una oferta de un 40 abajo. Sabe que tiene el dinero y manda en el mercado.
¿Cómo impactó la Ley de Alquileres, aprobada el año pasado?
Perjudicó a ambas partes, hoy no gana ni el locador ni el locatario, porque los alquileres subieron y muchos locadores sacaron sus propiedades del mercado porque no es rentable alquilar a tres años. Hay una ecuación que no cerró para ninguno de los dos. Hay que ver qué voluntad hay por parte de las autoridades para rever esta ley.
¿Por dónde tendrían que pasar esas modificaciones?
Ojalá, esta ley no existiera. Las modificaciones deberían tender a la libre regulación. Yo soy un convencido de que la intervención del mercado lo único que hace es ensuciarlo y perjudicar a las partes. Siempre fue oferta y demanda, pero cuando se metieron, subieron los precios. El propietario no quiere firmar un contrato a tres años, entonces ha complicado bastante.
Incluso, prefieren quedarse con los departamentos vacíos.
Sí, es cierto, me lo han dicho varios propietarios.
Hablamos del quién compra, pero ¿qué se compra hoy?
En lo que respecta a nosotros, se están comprando unidades más grandes. El monoambiente, que fue la vedette en algún momento, prácticamente desapareció, porque la gente se ha volcado a las unidades de uno y dos dormitorios. El proyecto Cittá Lux, en Tucumán y Balcarce, de dos y tres dormitorios, por ejemplo, se vendió volando. Es decir, las unidades grandes para consumidores finales y con buenas terminaciones son un mercado interesante.
¿Cómo ves la tan aplazada renovación del Casco Histórico?
Hoy no es tentador para irse a vivir ni para desarrollar. Tiene que haber condiciones distintas para construir. En Miami, hace 25 años, ibas a comprar algo a las 18 horas al downtown y te tenías que ir volando; hoy vas y es un monstruo, porque creció a través del desarrollo inmobiliario.
¿Y cómo se logra eso en Argentina?
Con reglas de juego claras. Si contamos con eso, vamos a tener muchos más desarrollos.
¿No es pedirle peras al olmo?
Obviamente. Pero nos quedan dos caminos: o decimos que no se puede hacer nada y nos vamos todos a vivir afuera, o peleamos por cambiar lo que tenemos. Yo hoy vivo en Argentina y quiero que esto mejore. Lo que está claro es que así no se puede trabajar.
Por último, ya plantaron bandera en Paraguay con un desarrollo que está en marcha. ¿Qué otros países tienen en vista?
Estamos analizando hacer algo en Uruguay, viendo algunas tierras y propiedades que nos interesaron mucho en Montevideo.
REDACCIÓN ON24