La menor cantidad de vientres en producción debido a la caída de más de 500 cabezas registrada en 2019, la fuerte sequía sufrida durante la época de servicios de aquel año y la limitada recomposición lograda al momento de las pariciones, hacen inferir un destete significativamente inferior al récord de casi 15 millones de cabezas logrado en el último ciclo. Si en diciembre de 2019 el stock registrado era de 54,5 millones de cabezas y este marcaba una pérdida de aproximadamente 500 mil animales respecto del ciclo previo, a diciembre de 2020 -por los factores mencionados, así como por la elevada extracción registrada durante el año- nos animaríamos a decir que, como hipótesis de mínima, deberíamos haber duplicado aquella caída.
En efecto, el menor movimiento de terneros y terneras saliendo desde los campos hacia otros establecimientos -ya sea para continuar su recría como para ingresar a corrales de engorde-, también se alinea a esta hipótesis de menor disponibilidad de hacienda. De acuerdo a los números publicados por la Coordinación de Análisis Pecuario del MAGyP, en base a datos del SENASA, durante el primer semestre de este año se registró un movimiento total de terneros y terneras de invernada de 5.848 mil animales, un 5% menos de lo movilizado en igual semestre del año pasado. Si este mismo movimiento los llevamos a la cantidad de terneros y terneras trasladados con destino a feedlots, la caída es aún mayor, más de un 20% en el primer semestre del año.
Mas aun, considerando todas las categorías de invernada, el movimiento total de animales registrado en el primer semestre del año asciende a 10.607.303, un 3,3% menos que lo registrando en 2020. Sin embargo, sobre ese total menos del 16% fue trasladado a establecimientos de engorde, esto es 1.674.384 animales, lo que marca una caída de casi un 24% respecto de los traslados a feedlots registrados un año atrás.
Este faltante de hacienda, y en especial de hacienda en los corrales de engorde, es lo que se ve reflejado en la faena. En 2020 tuvimos un nivel de faena récord cercano a los 14 millones de cabezas, luego de otro año de fuerte extracción como lo fue el 2019 con unos 13,9 millones de animales faenados. Sin embargo, los primeros seis meses de este año marcan una retracción significativa. Con 6,3 millones de cabezas procesadas, la caída respecto de igual período de 2020 representa un 7%, unos 480 mil animales menos. En tanto que, en producción, la caída equivale a un 5,8% en el semestre, casi 90 mil toneladas menos, que limitan el total a 1.431 mil toneladas equivalente carcasa.
En concreto, existe un faltante de hacienda disponible para faena que aún no se ha expresado plenamente en la oferta de carne de esta primera mitad del año. La disponibilidad de hacienda y el ingreso a los feedlots se visibiliza mayormente en la primera mitad del año mientras que la faena y la producción, aunque ciertamente más estable, suele ser mayor durante el segundo semestre del año.
Es decir que, a menos que durante los próximos meses se registre un proceso fuerte liquidación de hacienda que aun se encuentra en los campos, de mantener un flujo normal de salida, el segundo semestre va a reflejar de manera más contundente este faltante de hacienda que se viene anticipando.
La pregunta que cabe realizarnos es precisamente si el mercado local tendrá la capacidad para responder con una mejora en precios y si en un clima pre electoral este comportamiento será permitido.
Fuente: RosGan