Tras el fallecimiento del exgobernador de Santa Fe, senador nacional y piloto de Fórmula 1, Carlos Reutemann, su entonces ministro de Hacienda, Juan Carlos Mercier, dialogó con ON24 y afirmó: “Él te daba el respaldo y se las bancaba, así actuaba”.
¿Qué legado entiende deja Carlos Reutemann a nivel gestión?
De una gran responsabilidad para el manejo de la cosa pública, privilegiando, por sobre todas las cosas, los intereses de los santafesinos y de nuestra provincia en todas las circunstancias en las que le tocó actuar. Fundamentalmente, procurando el bien común y hacer de su gestión un efectivo cumplimiento del mandato del pueblo.
¿Y en cuanto a la administración de las cuentas públicas?
Creo que el problema más grande que tiene nuestro país es gastar más de lo que ingresa. Y en ese sentido, Reutemann privilegió fuertemente la austeridad, manejando la cosa pública desde una estricta prioridad de las necesidades públicas esenciales, como ser la salud, la educación. Y tener una responsabilidad en la aplicación de impuestos. Siempre trató de que la presión fiscal fuera la menor posible para que el sector productivo creciera y fuera la fuente de creación de empleo, y no agigantar la planta de empleados públicos. Tuvo conciencia de que eso era lo que le reclamaba la gente, fundamentalmente.
¿Cómo era Reutemann a la hora de plantarse ante el Gobierno Nacional?
Durísimo. Tanto a la hora de reclamar los recursos como a la hora de poner candidatos a cargos públicos se plantaba no solamente ante funcionarios nacionales, sino también ante organismos internacionales. A mí me la hacía fácil. Yo ponía en boca de él cosas que yo necesitaba y era palabra santa, respetado por todo el mundo. Y ni hablar a nivel nacional, en todos los partidos políticos. Miedo no tenía. Un día, sobre el miedo, me dijo: “La recta de Le Mans se agarraba a 340 kilómetros por hora, y había una pequeña chicana; el que levantaba el pie ahí perdía”. Miedo no tenía, sí tenía siempre el cuidado para tomar las decisiones, porque una vez que las tomaba, no volvía para atrás. Él se convencía de algo e iba para adelante.
¿Cuál fue el momento más difícil que le tocó vivir junto a él?
Yo estuve los 4 primeros años de su mandato y dos años y 8 meses del segundo. Creo que la crisis de principio de siglo. La noche en la que se decide emitir cuasimonedas en todo el país y yo le aconsejo no emitirlas en Santa Fe porque íbamos a empobrecer a los ciudadanos, me acompañó. Discutimos el tema por teléfono con Cavallo. Se convenció de que era lo mejor para la provincia y me respaldó. Yo le ofrecí varias veces mi renuncia, pero él me decía que, si yo estaba convencido, era lo mejor para todos. Y así actuaba, te daba el respaldo y se las bancaba.
¿Cómo se llevaba con la oposición siendo oficialismo?
La respetaba muchísimo. Siempre tuvo a consideración el voto de la gente y lo que cada uno representaba.
¿Cree que pudo ser buen presidente?
Sí, sí, pero dos veces no quiso. Consideró que no era para él y no estaban dadas las condiciones. A él le parecía que no le daba el cuero. Yo creo que le sobraba.
¿Cómo lo va a recordar usted?
Como un amigo y como alguien que me dio una gran oportunidad y que yo le retribuí con la misma responsabilidad y confianza que me brindó.
REDACCIÓN ON24