Empecemos desde el principio. Desde antes de entrar siquiera al Grupo BGH, cuando eras emprendedor.
Sí, soy Ingeniero Electrónico de Telecomunicaciones y trabajé 18 años en el sector, incluso presidí Impsat. Se puede decir que mi experiencia en tecnología implicaba mucho al mundo B2B y las operaciones de misión crítica. Entonces cuando tuve que emprender ese fue el mundo que elegí para mi. Mi etapa en Impsat ya había terminado después de que la adquiriese Global Crossing y quise tener lo mío; pensé que así iba a poder proyectarme más.
¿Cuánto duró la experiencia emprendedora?
Seis años. Después, nos compró Grupo BGH y pasó algo raro: se vio una especie de takeover al revés. El equipo de Latinware, la startup que había fundado, era chico y se unió rápido al de BGH Tech Partners pero conmigo como director ejecutivo. Mucha de la gente de la experiencia Latinware todavía trabaja en el equipo e incluso lideran áreas. El negocio cloud ya era, en ese momento, lo que se venía, era un negocio con mucha demanda por parte de empresas que necesitaban transitar su transformación digital en serio. En 2018, me pidieron que pasara a manejar todos los negocios del grupo y asumí como CEO.
Hasta ese momento tenías mucha experiencia en B2B pero poca en B2C…
Venía empapado del mundo B2B pero aprendí rápido.
¿Cuánto representa hoy el negocio de electro en el mix de revenue?
Hoy, lo que nosotros llamamos Hogar es 70 por ciento del revenue. Pero el público desde hace un tiempo empezó a diversificarse en distintas áreas y también en diferentes países, con la idea de internacionalizarnos también. Así en algún punto se formaron en su momento BGH Tech Partner y BGH EcoSmart. Buscamos que la participación que tienen los negocios tanto en volumen total de ingresos como en los países de afuera en los que están instalados se vaya incrementando. Hoy, nuestro holding es esencialmente tecnológico y hay que aportar soluciones para los distintos mercados.
La presencia de la empresa en África es una de las internacionalizaciones con más resonancia, ¿no?
Sí. En África tenemos fábricas en Kenia y Ruanda. Y para abastecer a los mercados de Chile y Perú también tenemos una en China.
Se abre entonces el tema de la competitividad. ¿En electrodomésticos, con los impuestos internos y costos logísticos, es impensable exportar, por ejemplo, a Chile y Perú desde la Argentina?
El negocio de Hogar tiene tres grandes bloques: la fabricación de aires, hornos y televisores; la logística en la distribución y los servicios de venta y posventa. En el caso de Chile y Perú lo único que no tenemos es fabricación.
¿Es un tema impositivo?
Producimos lo que tiene sentido producir y buscamos ser un actor competitivo y relevante. La razón por la que no exportamos los mismos productos desde acá a Perú y Chile es que hay temas impositivos que lo dificultan. Pero no descarto que en unos años se pueda. Hoy, estamos cambiando la matriz productiva de Tierra del Fuego y capacitando gente para que den servicios profesionales world class. Y esos servicios también son de exportación y son hipercompetitivos incluso en plazas exigentes como los Estados Unidos, donde nos enfrentamos a empresas enormes con BGH Tech Partner. La forma de pensar las exportaciones y el trabajo va a cambiar y ya no va a ser tan lineal; va a haber más trabajos de calidad y más competitividad.
Muchos de los productos que se fabrican en Tierra del Fuego necesitan también de kits con las distintas partes de los productos. ¿Tuvieron problemas para poder adquirirlos este año o el año pasado?
Obviamente todos sabemos que las divisas son escasas y que hay que hacer las gestiones debidas. Pero, para ser franco, no tuvimos problemas para importar insumos ni en 2020 ni en 2021; no tuvimos ni que compensar ni problemas en acceder.
El futuro de Tierra del Fuego
En su libro “Los 3 kirchnerismos”, el ministro de Producción Matías Kulfas era muy crítico del régimen de Tierra del Fuego. ¿Cambió de opinión en estos años?
El ministro Kulfas nos ha acompañado mucho en estos dos años y nos asegura que el régimen de Tierra del Fuego tiene que seguir. Hay mucho invertido allá; está siempre el mito de la ensamblacion local pero hay mucha investigación y desarrollo y automatización presentes en la isla. Cuando se cerraron las fábricas de computadoras nos perjudicamos todos porque le sacó autonomía a la Argentina para producirlas. Nos agarró la cuarentena con teletrabajo y sin stock de computadoras que hoy son productos importados. Por eso soy defensor de que nos tenemos que seguir desarrollando en la isla.
¿Qué piensa que va a pasar con el régimen?
Tener una industria electrónica local te permite posicionarte bien y tener autonomía como país. Estamos en charlas constantes con Producción que va a ser un actor fundamental para la extensión del régimen más allá de 2023. Pero Tierra del Fuego también tiene que cambiar: hay que meterse fuerte en software porque hoy es lo que más importa como valor agregado en un producto electrónico. Se necesita más electrónica y más software y con la infraestructura que ya tenemos se puede lograr.
¿Qué pasa si no se renueva el régimen?
Está siempre el riesgo que supone el régimen de Manaos. Si no se renueva el régimen no solo se van a perder fuentes de trabajo sino que se va a habilitar a Brasil a inundar el país con sus productos. Y el Gobierno esto lo sabe; entiende que la industria es una gran generadora de empleo.
¿Cómo afectó la pandemia la producción que ustedes tienen en la isla?
Más que un problema de insumos con China lo que tuvimos que resolver fue el tema de los protocolos sanitarios estrictos, tanto en líneas como en personal, porque dejamos de producir dos meses y después retomamos con un ritmo muy lento. Eso generó un desabastecimiento en el retail que se empezó a regularizar recién en febrero de este año. Así que ahora hay que ver como evoluciona el mercado que está en un piso muy bajo; lejos del récord de 2015.
El consumo ya estaba en terapia intensiva en 2019 pero la pandemia lo terminó de destruir. ¿Cómo afectó eso a la demanda de productos electrónicos?
Pasó algo interesante. La gente empezó a vivir más en su casa. Y por ese cambio en su rutina empezaron a hacer otros gastos. En vez de comer afuera compraron un microondas y empezaron a cocinar en casa porque tenían tiempo; lo mismo pasó con los televisores, ahora mucho más adaptados para el gaming y el streaming. Si trabajaste este verano en tu casa además seguro compraste un aire acondicionado en cuotas para pasarla igual que en la oficina. Entonces el consumo de electrodomésticos se mantuvo firme. Y la posibilidad de comprar bienes durables también sirvió para “dolarizar” ahorros y no quedarse con pesos en la mano en época de cepo. Se cubrieron de la inflación comprando una heladera, una tele, un aire.
Y con Juana Manso ahora vuelven a la fabricación local de computadoras. ¿Cómo va a ser el proceso de producir 50.000 por semana?
La medida de arancel 0 a las computadoras, ya lo dije, estuvo mal implementada. Se anunció muchos meses antes y todos los stocks que había no se pudieron vender porque esperaban la baja del arancel. Y finalmente cuando entraron los productos no eran más baratos porque siguen la evolución del dólar. Desde todo punto de vista fue un error. Y hoy vemos una necesidad mayor. Volver a la fabricación con el Plan Juana Manso es un puntapié que seguro va a profundizarse. La fábrica queda en Ezeiza y arrancamos casi desde cero.
¿Vuelve el arancel del 35 por ciento?
No creo que vuelva al 35 por ciento. Pero sí soy de la idea de que hay que proteger a la industria y también a los clientes. Se está hablando de un número más bajo, quizás 16 por ciento, y más bajo incluso para los productos de línea blanca que se fabrican en el continente.
Además del negocio de Electro, que hoy sigue siendo el más grande todavía, tienen otros negocios más enfocados al B2B, tu especialidad. ¿Cómo viene el crecimiento de BGH Tech Partner?
Muy bien. Está en el segmento estrella, el que más se está demandado. Hablo en concreto de la migración que necesitan hacer las empresas a la nube, un pasaje que tiene hoy también que ver con seguridad, experiencia de usuario e inteligencia artificial. Y nosotros damos servicios en las cuatro áreas.
¿Les está costando, como a otras empresas de software, conseguir recursos humanos y mantenerlos?
Sí. Lo fundamental, más estratégico y te diría que crítico es conseguir recursos humanos buenos y retenerlos. Es más importante incluso que conseguir clientes. En ese terreno hay más demanda que oferta por eso es tan importante capacitar desde temprano en tecnología. Nosotros lo hacemos en la escuelita; BGH Tech Partner Cloud Academy. Es la primera vez que lo hacemos y nos permitió incorporar ocho nuevos empleados capacitados para manejar redes de Amazon Web Services. El software va a ser cada vez más importante para la isla.
¿Las tarifas relativamente bajas en dólares desincentivan la inversión en energías más inteligentes como las que venden con la unidad de EcoSmart?
Sí, pero fijate que el uso de energía en la Argentina no baja. Lo que tenemos que lograr es que ese consumo sea más limpio y requiera menos energía; sea más eficiente. Eso se puede lograr, por ejemplo, con inteligencia artificial. Si sos dueño de un edificio que tiene personal de limpieza ordenando oficinas a las 3 am, a las 5 am, cuando terminan, las luces ya tienen que estar apagadas. Se pueden armar estos modelos de consumo para hacerlos automáticos. El país siempre está preocupado en cómo se genera energía o cómo se importa. Y no tanto en cómo se usa. Hoy, es cierto, no hay estímulos para que se consuma menos.
Una última. ¿Esperan crecer este año de vacas flacas?
Nuestras perspectivas son optimistas. Fundamentalmente alrededor del consumo en el hogar, que se mantiene firme. Y en servicios profesionales vamos a explotar: hoy somos 200 personas y queremos cerrar 2022 con un equipo de más de 1000. Empleo de calidad y exportación son los objetivos.
Fuente: infotechnology