La tienda de mascotas con más sucursales de la ciudad nació como un pequeño proyecto al que apostaron dos jóvenes hermanos, en un local de su barrio, en Fisherton. Apenas pasaban sus veinte años cuando Sofía y Nicolás se animaron a vender alimentos para mascotas en la esquina de Eva Perón y Zuviría, hace menos de 20 años. En ese primer paso apuntaban a ser sólo lo que su nombre indica: un local de cercanía para las mascotas de la zona oeste.
Sin necesidad de reformular el nombre, que ya es sello, arriesgaron al mejor estilo wild west y replicaron el formato en cada barrio. Hoy cuentan con una firma que tiene sucursales en cada zona de Rosario y en varias localidades. “Cuando contábamos que el local iba a estar en Fisherton nos decían que era una locura, que ahí no funcionaba nada… con el tiempo nos dieron la razón”, cuenta Sofía Valenti, una de las titulares de la firma nació como una linda forrajería y hoy es referente en productos para mascotas y servicios veterinarios.
Sofía y Nicolás sorprenden al contar la historia de su negocio, que nació con la motivación de dos jóvenes hermanos por querer dar una mano a su familia en un difícil momento económico, y hoy es una firma que da trabajo a unas 60 personas. Este año sumaron más locales, y ya cuenta con 12 sucursales y una franquicia, modelo al que apuestan a crecer al menos en el resto de las localidades.
“Cuando abrimos el primer local fue una apuesta. Nuestro papá se dedicaba al rubro a nivel mayorista y no le estaba yendo muy bien, decidimos abrir con mi hermano un local minorista, pero contábamos con muy poco dinero para hacer una inversión. Tuvimos la oportunidad de que al ser mi viejo un tipo muy querido, muy buena persona y ya conocido en el rubro, la mayoría de los proveedores nos dieron toda la mercadería en concesión. Invertimos muy poca plata porque realmente no teníamos”, cuenta Sofía sobre el emprendimiento que nació cuando ella aún no cumplía 21 años y Nicolás tenía 24.
Una mano dada a tiempo, coincidencias y varias apuestas por crecer
“Creo que agarramos justo el momento en el que coincidieron varias tendencias: la gente desde hace un tiempo y ahora más, comenzó a comprar más en la zona donde vivía. Antes al centro se iba a hacer las compras”, explica la joven que aún no llega a los 40 años sobre el esquema de negocios de Mascotas del Oeste, que buscó siempre locales visibles y bien ubicados, pero cerca de cada barrio. “Además, crecimos a la par de una tendencia en donde las mascotas cobraron protagonismo”, destaca.
“El alimento ya se vendía, la gente venía de cocinarle a sus perros y pasó al balanceado, esa época ya la agarramos “andando”, pero cada vez se venden más “chucherías”, accesorios, elementos”, explica sobre la diversidad de productos de una tienda que no sólo vende alimentos. “Si bien nuestro fuerte es el alimento, le dimos lugar a estos productos, así también como a otros servicios. Siempre tuvimos veterinarios porque vendemos medicamentos, pero sumamos también un servicio de obra social para mascotas”, explica sobre otro de los servicios que ofrece la marca, cada vez más requerido.
Además de diversificar los productos y servicios y trabajar fuerte en su tienda virtual, para Mascotas del Oeste sigue siendo clave estar al alcance de la gente, en cada zona y accesible. “Creo que no queda ninguna zona en Rosario que no estemos, fuimos creciendo medio de a poco”, cuenta Sofía y explica cómo entiende el movimiento de su firma: “Por ejemplo lo que sucede en Funes”, donde tienen un local ubicado en pleno Ruta 9. “La zona de los barrios cerrados de Funes por ejemplo, no son clientes tal vez del local de Funes, son clientes del local de Francia y Pellegrini. Resuelven de paso, antes de llegar a la autopista”, explica cómo ese funciona distinto que el del resto, donde hoy más que nunca la cercanía manda.
