Una nueva polémica con respecto al patrimonio histórico vuelve a instalarse en la ciudad. Según el último reporte del Concejo Municipal, la edila María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular, anticipó que pedirá el tratamiento sobre tablas en la sesión de hoy de un decreto en relación al “histórico inmueble ubicado en San Juan 2753, donde operó durante mucho tiempo la fábrica de Café Onkel”.
Según explicó Gigliani en su exposición, el edificio es famoso por “su chimenea, su edificación art decó y su historia de solidaridad que llevó a dar el nombre al Club Onkel, ubicado en la zona de las avenidas Arijón y Ovidio Lagos”. La iniciativa implicaría solicitar al Departamento Ejecutivo que remita el dictamen de la Comisión Evaluadora de Preservación del Patrimonio Histórico, respecto al inmueble.
Por otro lado, también solicitará que, hasta tanto no se haya enviado al Concejo dicho informe y se evalúe la correspondencia con el permiso de edificación otorgado, se suspenda todo tipo de acción que pueda afectar las características edilicias de la fachada del inmueble.
Las polémicas y discusiones con respecto a la actual política de preservación del patrimonio histórico no son nuevas. En 2019, este mismo medio elaboró un reportaje con distintos representantes del sector inmobiliario en busca de entender ventajas y desventajas de la normativa. Actualmente, los inmuebles históricos se encuentran catalogados por ordenanza. El municipio articula con los particulares el mantenimiento y hay un fondo destinado a ayudar en la conservación. Sin embargo, algunas voces sostienen que el sistema sigue siendo perjudicial para los propietarios por la escasa ayuda que se ofrece.
Por otro lado, algunos desarrolladores critican la rigidez en cuanto a la política de modificación de las construcciones. José Ellena, presidente de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario, explicaba: “El que compra, adquiere una cáscara a la que hay que buscarle el mejor destino posible dentro de lo que ya está hecho y no se puede cambiar mucho más”.
La medida llegaría en un contexto de alta complejidad en el mercado inmobiliario. En nuestro reportaje, Ellena y Ari Milsztejn, titular de la desarrolladora G70, explicaban que las limitaciones sobre los inmuebles de patrimonio histórico no afectan directamente a su valor, pero sí imponen restricciones de mercado. “En algunos casos se empieza a producir un lucro cesante para los propietarios porque no tienen dónde colocar las unidades”, explicaba Milsztejn”.
Aunque parece haber concordancia entre diferentes actores respecto a la importancia de preservar el patrimonio, algunas voces cuestionan que la valuación de las propiedades se hizo forma totalmente disociada de los intereses de los propietarios. Nuestro reportaje completo en: https://bit.ly/3wA61Ya