En los últimos tiempos, el crecimiento de la ganadería y el aumento de precios ha impulsado la producción local de forraje. Se trata de cultivos como alfalfa, maíz, sorgo y verdeos invernales (avena, cebada, centeno), que se combinan para lograr una nutrición equilibrada del animal.
Marcelo Montoya, presidente de Coprosamen y productor ganadero de Santa Rosa, explica que en su zona se produce alfalfa y que “el cultivo ha ido creciendo en los últimos años, en toda la provincia”. La principal dificultad es la escasez de agua y la necesidad de tecnificar el riego, de modo de usar un pivote y aplicar riego por aspersión.
“La producción de forraje local se da sobre todo en alfalfa, que es lo que en la dieta cubre las fibras. Producirlo acá evita el costo de logística porque cada vez es más caro traerlo desde otras provincias”, señala Montoya. La producción dentro de la propia región representa así un alivio para varios productores, que ahorran en fletes.
Damián Carbó, director de Ganadería de Mendoza, explica que Mendoza es competitiva produciendo alfalfa y picado de maíz en planta entera (no en grano). “Algunos producen forraje y no engordan ganado, sino que venden fardos. Las producciones de alfalfa son rentables en la provincia. El limitante es la falta de un sistema de riego en algunos lugares”, coincide Carbó.
El funcionario destaca que la ganadería bajo riego promueve la reconversión de fincas abandonadas. “No quita hectáreas a la agricultura , sino que usan fincas de tierras más marginales o con mucho riesgo climático. Es un complemento a la economía”. Hay 17 proyectos en el marco de “Mendoza Activa Forraje”, la mayoría ubicados en La Paz, General Alvear y San Rafael, con cultivos de maíz, alfalfa y pasto llorón.
Desde el Gobierno acompañan con líneas especiales del Fondo para la Transformación y el Crecimiento, y quieren repetir su inclusión en el programa Mendoza Activa (que da un reintegro del 40% a la inversión). En su nueva edición, se planea destinar $200 millones en concepto de Forrajes, para “ampliar la oferta de materia prima mediante la compra de material de propagación”.
A ese dinero se quiere sumar otros $500 millones para inversiones en Ganadería y también se plantean otros subprogramas más generales como $ 200millones en Eficiencia de riego y $400 millones en Maquinaria agrícola.
En el Sur provincial
La alfalfa tiene varios cortes al año, y eso permite que, si se pierde una cosecha por granizo, se pueda aprovechar la siguiente. Este aspecto, más el crecimiento ganadero de la zona y los altos precios de los cereales, han impulsado su desarrollo en San Rafael y General Alvear.
Dentro de la Cámara de Comercio de San Rafael, Lito García Miras, integrante de la Específica de Ganadería, describe que hace 15 años, cuando muchos empezaron, no había un mercado de forraje, máquinas sembradoras ni prestadores de servicios. A lo largo de los años, se ha profesionalizado el tema, incluyendo el cultivo de alfalfa y maíz.
Si bien muchos cultivan para alimentar su propio ganado, García Miras destaca algo: “Este año muchos produjeron forraje sin producir hacienda, lo que ha generado un mercado de forraje. Es decir, gente que vende y que compra el forraje en la región. Es muy importante para esta zona bajo riego”.
Además, este sanrafaelino cree que se puede trabajar más en los mercados de futuro de cereales y de hacienda, y que el sector puede profesionalizarse aún más. “Necesitamos una flexibilidad en las estructuras ganaderas adecuadas a los momentos que estamos viviendo en mercados muy volátiles. En estos momentos difíciles se hace imprescindible el subsidio de la ley 7.074”, analiza García Miras.
Por su parte, Andrés Vavrik, presidente de la Cámara de Comercio de General Alvear, considera que cada vez hay una mayor tendencia de generar forraje para poder satisfacer a los sistemas intensivos de producción de carne. “El año pasado, en el Sur provincial, se hizo alrededor de 500 ha de maíz. Es muy poco. Hay tierras aptas y a buen precio, pero la limitación es el agua”, señala este empresario ganadero.
En opinión de Vavrik, desde el Estado se han implementado buenos planes de fomento que permitieron un crecimiento, sobre todo de alfalfa. En específico sobre maíz, aclara que se produce como silo de maíz o picado, ya que se muele con la caña, la hoja y se guarda como silo: es parte de una dieta que aporta energía, proteínas y fibra.
“Hay que poner mucha cabeza a tener créditos blandos para tecnificar el riego y crecer en la superficie preparada de estos cultivos que van a la par de la ganadería”, señaló el empresario.
Ventajas y desventajas de la alfalfa
Un estudio de la Dirección de Agricultura y Contingencias Climáticas de 2019 señalaba que, en Mendoza, la alfalfa representaba el 4,1% del área cultivada y el 60% de la superficie de cultivos forrajeros. Los departamentos centrales eran General Alvear y San Rafael, seguidos por Lavalle. Si bien faltan datos actualizados, todos los consultados coincidieron en que el cultivo crece cada año.
Algunas ventajas de la alfalfa: la rotación con otros cultivos; tiene en promedio 5 cortes por temporada (puede llegar a 6-7 cortes); puede sobrellevar las heladas tardías y, si le afecta el granizo, se aprovechan los cortes posteriores. Además, con un buen control de riego, no habría problemas de enfermedades.
Fuente: Los Andes