Entre la semana pasada y principios de ésta, finalizó el misterio de los candidatos a vicepresidente: Carlos Zannini (FPV), Gabriela Michetti (PRO) y Gustavo Sáenz (Frente Renovador) se disputarán la Presidencia de la Cámara alta en las próximas elecciones nacionales.
Pero la conformación de las fórmulas presidenciales de cada agrupación política no pasó desapercibida para los mercados financieros. De esta manera, evaluó para ON24 Federico Fiscella, analista económico de Rosental Inversiones:
BONOS: el anuncio de Zannini y las elecciones de Santa Fe -conjuntamente- reordenaron las expectativas hacia la idea de “continuidad” de las políticas. El Riesgo País subió inicialmente, luego de mucho tiempo cayendo desde 580 puntos básicos a 650 para volver casi al punto de partida luego del nerviosismo inicial. Hoy, los bonos se muestran al mismo nivel que antes de estos anuncios, que inicialmente generaron algunas dudas pero luego fueron cediendo.
ACCIONES: el Merval tiene un 50% de peso de empresas petroleras muy pegadas al precio del barril, por lo que esos títulos se mantienen al margen de lo político aunque sufren la volatilidad del petróleo. Quienes sí se movieron negativamente fueron los bancos, que sí están especulando con la posibilidad o no de que gane una fórmula amigable para el sector. El anuncio de Zannini y las elecciones de Santa Fe no fueron del todo bien recibidos, aunque buena parte venía descontado desde las PASO, donde Miguel Del Sel no logró marcar gran diferencia.
Para el caso de las empresas que facturan en el exterior, como Aluar o Siderar, la hipótesis de que el ajuste del tipo de cambio sea más lento en una administración sciolista tampoco fue positivo.
DÓLAR: fue donde hubo mayor impacto, tras los anuncios políticos (fundamentalmente del FPV), los resultados de comicios provinciales y la reducción de autorizaciones para compra de dólar-ahorro. Esos fueron los motivos más obvios del aumento de 50 centavos en el dólar financiero. Más allá de las razones superficiales, la incertidumbre que genera el proceso electoral lo iba a empujar a la suba; faltaba saber cuándo iba a gatillarse y cuál era la excusa.
