Hace casi un año que Maty Cocina se dedica a hacer videos en redes sociales. Empezó en junio del 2020, cuando sus ahorros a los que tuvo que apelar en plena cuarentena le dijeron ´hasta acá llegaste´. Matías es fotógrafo de eventos, vivió de eso durante más de dos décadas. La pandemia suspendió todas las posibilidades de generar ingresos de la manera que sabía hacerlo, pero sacó a relucir otra de sus habilidades: el ingenio.
“Fue impensado, no buscaba hacerme popular en las redes. Me había quedado sin trabajo, y todavía sigo sin poder trabajar de lo que viví toda la vida, que era mi fuerte porque vivía muy bien con mi profesión”, cuenta el fotógrafo de 44 años que hoy espera poder cumplir finalmente con los eventos que quedaron pausado en el 2020 para continuar con más tiempo aún para dedicarle a sus redes sociales. Hasta tuvo que rechazar su participación en uno de los programas de cocina más importantes a nivel nacional para no descuidar su tiempo en redes. “Le encontré la vuelta y si bien con la fotografía me iba muy bien con esto gano muchísimo más. Hay muchos negocios detrás de las redes sociales y bueno, no lo busqué pero acá estoy”.
Comenzó a producir videos en YouTube y en Tik Tok con recetas de cocinas, sin mucho éxito al principio. Fue la imposibilidad de comprar utensilios de cocina lo que lo catapultó: el video en el que muestra cómo con un tenedor viejo logró una herramienta que en Mercado Libre costaba mil pesos, lo disparó a la popularidad. Pasó de 200 visualizaciones a 150 mil y ahí apuntó todo: Sus herramientas y moldes “marginales” fueron un éxito en el que enseñaba no solo a cocinar, sino a construir, con lo que tenía a mano, los elementos necesarios para cocinar.
“Mi ciela, ante la adversidad la vida te presenta dos opciones: o te quedas en casa llorando, o salís a vender pañuelos”, suele decir en sus recetas en las que contagia ganas de hacer con lo que se tiene, con lo que se puede. Botellas, cartones de leche, latas de durazno, todo sirve para sus “moldes marginales” tal como los bautizó. Elementos que le sirvieron para darle un “cachetazo a la pobreza”, cita e invita a quien mire a imitarlo.
Se convirtió en un verdadero realizador de videos virales. Hoy varias marcas de renombre lo acompañan y auspician sus sorteos en redes. Makro lo invitó a generar contenido para sus plataformas, tal como lo hacen otras cocineras estrella como Maru Botana o Estefi Colombo. Hoy algunos de sus contenidos superan los 14 millones de visualizaciones. Una bomba digital que avalan las placas de YouTuber que le llegaron a su casa cuando pasó las 100 mil suscripciones. O explican el por qué del video que hizo con sus elementos Paulina Cocina, o por qué hasta Thalía lo sigue en sus redes.
“Hoy vivo de esto, estoy trabajando para empresas y con algunos proyectos también que van surgiendo”, cuenta Matías, nacido en Fighiera pero rosarino desde hace 20 años. “Fue impensado y me agarró grande el tema de ser influencer. Cada día me sorprendo porque me siguen famosos y no lo puedo entender, pero se ve que hay algo que gusta”.
Además del ingenio con el que sorprende en cada video, Matías supo aprovechar otras características propias. Si bien en sus primeros videos no se animaba a hablar, cuando lo hizo entendió que debía ser fiel a su estilo: “Siempre fue la idea motivar. Tengo una personalidad que quería poner en las redes. Yo no me deprimo por nada, le busco la vuelta a todo y salgo para delante, siempre termino cumpliendo con lo que me propongo. Eso quise transmitir en el canal: decir “dale una cachetada a la pobreza mi ciela” es eso, motivar para insistir en que uno puede llegar a hacer lo que desee trabajando, y quise contagiar esas ganas de hacer cosas”, cuenta sobre su estilo característico. Sus latiguillos, y las frases con las que logra motivar hasta al más perdido.