Desde hace 9 años, el trigo marca una tendencia innegable: ha subido casi todos los años en área aunque con algunos traspiés. El año pasado fue la falta de agua la que impidió la siembra de muchas hectáreas que estaban en los planes. En la región esto se notó sobre todo en el oeste, en los departamentos cordobeses de Marcos Juárez y Unión y también en zonas del centro sur de Santa Fe. Por trabajos de satélite, en la zona de Cañada de Gómez, se registró una caída del 14% del área sembrada.
En total el año pasado el trigo cayó un 12% en el 2020. Llama la atención en este primer sondeo de intención triguera, que, a pesar de condiciones hídricas adecuadas y precios atractivos, por lo pronto solo el área cordobesa de la región núcleo plantea sumar un 10% al hectareaje del año pasado.
El resto de las zonas de la región núcleo mantendrían el mismo nivel de trigo que la campaña pasada. Los factores que podrían limitar esta intención de siembra, según mencionan los ingenieros de la zona, son: humedad insuficiente en el perfil del suelo (sobre todo en el segundo metro del perfil), el fuerte incremento en el precio de los fertilizantes, reajustes de alquileres e incertidumbre por decisiones que pudiesen afectar los mercados.
¿Cuantos milímetros faltan para sembrar sin problemas?
El noroeste bonaerense es una de las zonas con menores reservas en la región pampeana. Y aunque hay entusiasmo para sembrar trigo, este año hay una limitante ambiental importante. En el área explican que “en el mejor de los casos estamos en el 50% de la capacidad de campo. Faltarían al menos 60 mm para no depender de las lluvias en agosto que rara vez aparecen”. En el El Trébol señalan que “se requerirían 80 mm más”, en San Gregorio, “50 a 100 mm para llegar a capacidad de campo”. Sólo en Monte Maíz, Córdoba, afirman que los suelos están al 100% de su capacidad de campo. El área cordobesa parte de condiciones mucho mejores que hace un año atrás.
Fuente: GEA