La licitación del bar en el espacio público de Oroño y Avenida de la Costa tiene cinco proyectos comerciales y arquitectónicos distintos en carrera. Cuatro puntos definirán al proyecto que se quede con la explotación comercial del destacado punto geográfico rosarino por un plazo de seis años: el canon mensual que aporten, la propuesta comercial, la experiencia de las firmas que pretendan administrar el nuevo bar y, por último, y un punto para nada menor: el proyecto técnico.
En ese último punto se destacaron las intenciones de apostarlo todo, o moderar las inversiones en un espacio que tiene un uso limitado. Es que el edificio en pugna quedó inmerso en una esquina que antes quedaba arrinconada por las vías del ferrocarril, pero que la obra de Avenida de la Costa permitió ahora la apertura peatonal y la posibilidad de ganar ahí un nuevo balcón que mire de frente al río. Sin embargo, de los cinco proyectos en danza no todos apostaron la inversión suficiente para que se aportar ese plus.
En este punto se destaca la iniciativa de Grupo 83, el proyecto por el que el gastronómico Reinaldo Bacigalupo apuesta en la licitación que se definirá en algunas semanas. “Nuestra propuesta es superadora arquitectónicamente para la ciudad, porque el inmueble históricamente le dio la espalda al Río cuando esa calle era una sola mano. Lo que proponemos es arrancar de cero, dejando obviamente la estructura del edificio que tiene un valor patrimonial, pero girarlo para que mire también al río y para que aproveche por completo las horas de sol. Es un diseño sustentable, una construcción ecológica en la que el frente de al público peatonal. La expansión al aire libre es un paseo al que podés entrar desde el parque y desde la avenida”, destacó Bacigalupo sobre la idea que traería a la cadena internacional Tea Collection.
El proyecto de Grupo 83 vira 180 grados la estructura para lograr en el sector este un sector enmarcado por ventanales que siguen el desplazamiento de la luz del sol y miran de lleno hacia el río y al paseo peatonal que se generó en la zona. Además, acercan una idea de construcción sustentable, con ventanales que favorecen el uso óptimo de la energía y el uso de tecnologías solares para agua y calefacción.
Por su parte, desde Row Arquitectura, estudio que encabeza el proyecto del empresario gastronómico Carlos Mellano, presentaron una carpeta con intenciones similares. El proyecto, como el de Grupo 83, buscó también aprovechar el espacio que actualmente ocupan los baños, y llevarlos hacia otro sector, en este caso para ganar un “pulmón verde” que se relacione con el paisaje, generando un “patio interno” con visuales hacia el norte y hacia el sur. El proyecto se dibuja con un espacio verde cercano al río, pero con límites internos. A su lado tendrá dos sectores: el primero en el que restaurarían la construcción original, de valor patrimonial, y un segundo sector en el que dos conteiner cumplirán la función de lograr el espacio de servicios que requieren los pliegos: baños del comercio, baños públicos y un espacio de almacenamiento para el funcionamiento del local.
Desde Row confían en que haber apostado por “dejar de darle la espalda al río” puede sumar puntos en la carrera final. “Convencimos al cliente de demoler ese bloque de baños actuales para que se pueda conectar y que se abra al río con este patio interno. La propuesta hace que la inversión sea un poco mayor, pero sostiene el valor patrimonial del edificio, que se rescata con un cambio de aberturas y con una cocina que mantiene las dimensiones originales”.
En algunas semanas se conocerá quién es el que finalmente se quede con la concesión del espacio por al menos seis años. Además de Bacigalupo y Mellano, disputan la carrera otros grupos del sector gastronómico como Paladini, Marshall y Lamarque.
