El significativo aumento de los costos de producción, con el maíz y la soja que alcanzaron niveles récord en Brasil en los últimos meses, está limitando el crecimiento de la oferta en el campo. Las perspectivas para el primer semestre de 2021 siguen siendo de oferta lenta, dado que los márgenes de los productores continúan sufriendo por la estabilidad de los precios y el aumento de los costos de los alimentos.
En cuanto a la demanda de lácteos en Brasil, el fin de las ayudas de emergencia en diciembre de 2020, tuvo un impacto negativo significativo en el consumo en el primer trimestre de 2021. La inflación de alimentos se acerca al 20% en doce meses, y se suma al aumento del desempleo a 14 %, el consumidor sintió un fuerte impacto con el final del pago de la ayuda. Las empresas lácteas reportan ventas inferiores a las esperadas para febrero y marzo, con un debilitamiento del poder adquisitivo de los consumidores y también sienten presión sobre los márgenes con una feroz competencia de precios.
El anuncio de una extensión de las ayudas de emergencia a partir de abril de 2021, puede traer cierta recuperación de la demanda en el segundo trimestre, pero también dependerá del ritmo de la economía. El importante agravamiento de la pandemia en marzo en Brasil genera incertidumbre sobre cómo se comportará la economía en la primera mitad del año en su conjunto, ya que la vacunación avanza a un ritmo lento y el alto nivel de infecciones ha obligado a nuevas medidas de restricción y cierre de comercio en todos los estados.
Se espera que el alto nivel de los precios internacionales de los productos lácteos continúe hasta al menos el tercer trimestre del año, según estimaciones de Rabobank. La recuperación de la demanda en China y en los países exportadores de petróleo, sumada a la menor oferta en varias regiones que están sintiendo el repunte global de los cereales, limitan la oferta internacional. Los altos precios y un real devaluado abren una ventana para aumentar las exportaciones brasileñas en las próximas semanas.