Emprendedor: de conductor de colectivos a empresario frigorífico

Celestino Pross fue conductor de colectivos y tuvo carnicerías hasta que un día tuvo la posibilidad de comprar con facilidades el frigorífico El Nono que transformó de provincial en federal.

Allí trabajan 60 personas, faenan vacunos, caprinos y ovinos y se apuesta por la exportación.

La historia de Celestinos Alcides Pross es muy particular y merece ser divulgada. El hombre trabajó más de 20 años como chofer de colectivo haciendo el recorrido Paraná – Santa Fe. Tuvo al mismo tiempo una carnicería, hasta que un buen día se le dio la posibilidad de comprar a buen precio y con financiación un frigorífico que hacía 8 años que estaba abandonado.

En 2004 se asoció con Ángel Villaverde, uno de los viejos socios de la empresa que en su origen fue un matadero rural, que se convirtió luego en frigorífico provincial en los inicios de los 80 con la ley Federal de Carnes y que, por una vieja disputa familiar quedó paralizada por años. Así se se transformó en unos de los dueños del frigorífico El Nono SRL.

“Las circunstancias de la vida me pusieron acá. Encontrar ese socio que creyó en mí fue de las mejores cosas que me pasó en la vida. Él me dijo: ´Pross vos arrancá que yo te sigo´ y nunca tuvimos una discusión, era una excelente persona, el interés de los dos era que esto saliera adelante”, dijo el empresario que se define como emprendedor y vaya si lo es.

A ese frigorífico provincial lo transformó en uno de tránsito federal y ahora vende no solo en gran parte de la provincia de Entre Ríos sino también en el sur de Corrientes. Tiene capacidad para faenar hasta 200 vacunos pero también puede trabajar animales de las especies caprina y ovina.

La mayor parte de la faena vacuna es con hacienda comprada aunque tiene también dos grandes usuarios con quienes pacta el costo de faena “en un precio que nos sirva a las dos partes”, indicó el empresario.

La carne se vende en medias reses aunque también comercializa cortes del cuarto delantero envasados al vacío, además faena ovinos para el consumo interno y está gestionando la habilitación ante el Senasa para exportar a terceros países (Medio Oriente) y como si fuera poco planea desarrollar una sala de faena para la venta de lechones.

Pross tiene 62 años y ya les está pasando la posta a sus dos hijos menores de 40 años que se están haciendo cargo de la compañía en la que trabajan 60 empleados.

“Quiero destacar al personal que se adaptó a nuestro criterio y tenemos hoy excelente relación. Pese a la pandemia no tuvimos faltantes con excepción de las 4 personas de riesgo. Los demás vienen todos y tenemos una muy buena relación”.

Pero no todas son rosas en el funcionamiento de esta empresa. Pross destacó los problemas que hubo el año pasado con el comercio de cueros porque no sólo perdió valor sino que en muchos casos ni siquiera se los retiraban de las plantas de faena.

“Antes con el cuero no preocupaba perder 30 o 40 centavos en la carne porque la diferencia la cubría el cuero. Pero el año pasado fue muy difícil, a nosotros nos lo retiraron, pero sabemos de gente que estuvo muy complicada. Ahora al menos algo vale, cerca de 13 pesos el kilo, pero sin dudas se necesita que hay aun comercio más ágil”.

Es que al no estar permitida la exportación de cueros salados sin curtir las plantas de faena quedaron durante años a expensas de la curtiembre que tuvieron ganancias extraordinarias. Por eso el reclamo eterno y sostenido de que se permita contar con un mercado donde haya al menos algo de competencia entre la exportación y las curtiembres, es decir, en el mercado internacional y el interno.

Además Pross se destaca por su actividad en el gremialismo empresario de la industria entrerriana, participando en cámaras provinciales y en especial en todo el proceso de creación de CICER, la Cámara de la Industria Cárnica de Entre Ríos, constituida en 2019 y de la que recientemente fue elegido presidente en el primer recambio de autoridades que tuvo la entidad.

Fuente: FIFFRA

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