El siglo XXI trajo consigo el acceso masivo a Internet, lo que trajo consigo consecuentes cambios dramáticos en prácticamente todos los aspectos de la vida. Desde las formas de socialización hasta el mercado laboral, pasando por el consumo de entretenimiento. Parece que en cada actividad cotidiana hay un componente virtual, lo cual ha ampliado considerablemente nuestro mundo.
Y sí: hoy existen muchas más alternativas para comprar, vender, informarse y participar de cualquier hecho; alternativas que ni imaginábamos posibles hace una década atrás. Además del Internet, las mejoras tecnológicas han dado cabida al desarrollo y capitalización de la creatividad. Es un hecho que las profesiones más rentables del presente y el futuro demandan innovación y capacidad de comunicar, y a esto se suma al dominio de herramientas digitales.
Dentro de todo este panorama, el editor de video se presenta como un “must” para quien desee dejar huella o rentabilizar una idea. Ya se trate de empresarios en diversos sectores, aficionados a los audiovisuales, marketeros digitales y un largo etcétera.
La edición de video en la era web
Así como otras prácticas, la edición de video ha cambiado en gran medida desde la llegada de la era web. Hasta la década de 1980, todo el proceso se hacía de forma analógica, con el uso de magnetoscopios. Estos aparatos copiaban las secuencias de video en cintas magnéticas para trabajar sobre dichas copias. A esta fase se le denomina “edición fuera de línea”. Posteriormente, se renderizaba la pieza final en línea, con mejor calidad para cine o televisión.
Todo esto se modernizó tras la irrupción de los medios digitales. Con los nuevos formatos y las copias intangibles, no hizo falta la creación de cintas adicionales y se redujo en gran medida el aparataje en las salas de edición. La entrada en escena del Internet significó un nuevo mercado, también nuevos y mejores recursos.
Hoy en día la edición puede ser mucho más rápida, ya que se trabaja sobre la pieza original con uno o más softwares. Si se requiere guardar cambios, puede hacerse en una nube o descargar copias digitalizadas. Los programas de edición son mucho más prácticos, ya que incorporan toda clase de funciones y efectos. Algunos de ellos no ocupan siquiera espacio en la memoria de los equipos, ya que funcionan online, previa creación de una cuenta de usuario. Un caso notorio es el de Clipchamp.
Gracias a estas cualidades se puede afirmar que todos pueden iniciarse en el mundo de la edición audiovisual desde casa, sin necesidad de invertir un gran capital. Se puede usar, tan solo, una computadora personal o incluso con el smartphone. A medida que se vayan dominando los programas y se adquiera práctica, puede pensarse en la profesionalización.
¿Cómo puedo sacar provecho económico de mis conocimientos sobre edición de video?
Cada vez son más las empresas que se gestionan vía web y promocionan sus productos o servicios de manera digital. Aunado a ello, el mundo del entretenimiento sigue a la vanguardia en el ámbito económico. El Internet y las plataformas de streaming son el soporte para la distribución.
Teniendo esto en cuenta, el campo laboral disponible para quienes tengan conocimientos avanzados sobre edición audiovisual es realmente prometedor. Las principales opciones son colaborar con otros y producir contenido propio. Ambas requieren manejar óptimamente los softwares de edición acorde al mensaje que se quiere transmitir, de manera que el trabajo pueda venderse. Porque, si bien este campo ofrece múltiples posibilidades de monetización, también es cierto que existe abundante competencia en el sector. Las exigencias actuales son altas en cuanto a estética y originalidad.
El editor de audiovisuales trabaja en sincronía con el director para recortar y organizar las tomas, corregir iluminación y color, añadir transiciones, efectos especiales, subtítulos, textos, música, sonidos, rotulaciones, etc. Todo aquello que da vida a una pieza.
Muchos reconocidos youtubers, instagramers y tik tokers contratan editores profesionales para mejorar la presentación de su cuenta o canal. Asimismo, los CEO de firmas de todos los tamaños saben que, en el presente, la elaboración de campañas de video márketing es esencial para captar la atención del público en redes sociales. Por ello contemplan en su presupuesto un equipo de producción y postproducción de videos, o encargan este trabajo a otras compañías especializadas en la materia.
Por otro lado, para rentabilizar el contenido original en clave audiovisual sin pagar de más, hay que aprender a editar videos. Cuando se está iniciando con un proyecto o negocio propio y no se tienen colaboradores en cada renglón, se vuelve necesario diversificarse. En este caso, se trata sobre todo de agregar personalidad y calidad visual.
El aprendizaje en edición es más que nada práctico. Comienza por adquirir conocimientos esenciales de diseño, teoría del color, framing y otros aspectos teóricos. Sin embargo, la parte crucial del proceso consiste en familiarizarse con los distintos softwares, explorar sus funciones y hacer múltiples ensayos hasta dar con los resultados deseados. Una buena edición puede hacer ver profesional el material que se presenta, sin que sea obligatorio contar con los equipos más costosos.
Otra posible salida laboral para editores de video experimentados es la docencia. Esta puede ejercerse de forma presencial u online, por medio de cursos dirigidos a quienes deseen formarse en este campo.
Editores para todas las necesidades
Los softwares de edición disponibles en nuestra era son tan variados como demanda el mercado. Por supuesto, no es posible ni se requiere conocerlos todos para ganar dinero en este sector. Pero ciertamente se deben tener unos cuantos favoritos, que se manejen a profundidad. Esta preferencia por unos u otros va de la mano con el tipo de trabajo que se realice. Por ejemplo, la edición que amerita una infografía audiovisual no es igual que la del video testimonio sobre un producto. Se necesitan distintas herramientas.
A un programa de edición competente se le exige justamente versatilidad. Es decir, que sea igualmente funcional para diferentes situaciones. Para ello debe reunir una cartera de efectos y filtros considerable, integrarse con recursos externos en línea y tener una interfaz intuitiva. Además de exportar en formatos distintos con calidad 480p o superior. Estas características las reúne Clipchamp, un software en línea fácil de usar para amateurs y con las posibilidades suficientes para satisfacer a los profesionales.