La Organización Mundial de la Salud, el organismo más importante del mundo en esta área, está alarmada. La razón: un reciente estudio realizado en varios países confirman lo que muchos ya venían pensando; los accidentes de tránsito se han convertido en una epidemia difícil de controlar. Y es que las secuelas que dejan estos eventos en millones de familias en el mundo es un problema de salud pública que se les salió de las manos a los gobiernos, a las autoridades y a los ciudadanos.
Según cifras arrojadas por este estudio, todos los años fallecen 1.2 millones de personas en el mundo por causa de un accidente de tránsito, y entre 20 y 50 millones de personas sufren “traumatismos no mortales” (heridas).
Argentina no está excenta de esta problemática y los expertos consultados coinciden que hoy “el servicio vial es deficiente en su totalidad”. “Nuestra Red Troncal de carreteras (rutas nacionales) que son las arterias aortas del país, están obsoletas”, coincidieron. “Su ancho es inferior al de un arco de fútbol y debe soportar tránsitos enfrentados del 52% del tránsito interurbano”, advirtió el director ejecutivo de la fundación Metas Siglo XXI, Osvaldo Ottaviano. “Esta es la razón fundamental por la que es causa del 75% de las muertes, el 66% de las cuales es causado por el choque frontal”, coincidió el Dr Guillermo Laura, conocido por su proyecto de Autopistas Inteligentes (www.autopistasinteligentes.org). Ambos subrayaron ademas la necesidad de pavimentar con urgencia, por lo menos 100.000 kilómetros de caminos rurales en todo el país. Para ellos, el mal estado de los caminos siempre es un factor de riesgo, pero “el riesgo principal, sobre todo en la red troncal, es el diseño obsoleto”.
Ambos expertos destacaron que un tema de semejante envergadura, debe encararse por un gran plan maestro, contenido en una ley sancionada por el Congreso Nacional, que lo convierta en política de estado que se mantenga en las sucesivas alternancias de gobierno, propias de los sistemas democráticos. Tal es el caso del Proyecto Promitt, para la Red de Autopistas y Rehabilitación de los Ferrocarriles con Estado Legislativo, “cajoneada en la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados de la Nación”, apuntó Ottaviano.
Para el director ejecutivo de la fundación que preside Laura, las provincias también son responsable de la situación en la que se encuentran las rutas y caminos. “Objetivamente es de destacar el ejemplo de la provincia de San Luis que con sus propios recursos ha transformado en autopista todo el tramo de la Ruta Nacional 7 que la atraviesa, y construido una red provincial de autopista y autovías”, resaltó Ottaviano.
Los recursos
Respecto de los fondos para avanzar en un plan tan ambicioso, los directivos de la fundación Metas Siglo XXI advirtieron que el impuesto a los combustibles que hoy cobra el estado nacional es el 50% del precio que pagan los consumidores por cada litro. “Alcanza para pagar cash 2.000 kilómetros de autopistas inteligentes por año pero ingresa a Rentas Generales y se deriva a otros fines que siempre se consideran más urgentes, en lugar de destinarlo al menos en su mayor parte a los fines para los cuales se creó el impuesto, que es construir y mejorar las carreteras”.
Ottaviano detalló además que “para la solución de fondo al problema crónico de nuestra ineficiente infraestructura vial, nuestra fundación viene impulsando desde hace más de una década el proyecto de Ley Promitt (Programa de Modernización de la Infraestructura del Transporte Terrestre), que tiene Estado Legislativo en la cámara de diputados de la nación, y no se trata principalmente porque su modelo de gestión e ingeniería financiera impiden las prácticas de corrupción y cajas políticas que genera la obra pública en especial la vial”.
Inteligentes
El proyecto de la fundación habla de autopistas inteligentes, cuya característica principal sería contar cada 100 km con un centro de control de tráfico, para vigilar en tiempo real la circulación de los vehículos, con radarización integral y detectores de niebla y de hielo conectados a cartelería variable para impartir órdenes o advertencias a los conductores.
“Las autopistas inteligentes reducen la siniestralidad un 87%”, destacó el Dr Laura. Así, siete de cada ocho muertes se evitarán. “La autopista ha sido inventada por los ingenieros para hacer físicamente imposibles los accidentes más graves aislando los flujos vehiculares”, agregó. Entre otros beneficios, también se advierte que el flujo libre reduce el consumo de combustible y disminuye el flete un 20% y el tiempo de viaje se reduce un 30%.
En las últimas décadas, se han construido 29 km de autopistas por año. “Un ritmo muy lento” si tenemos en cuenta que, a ese ritmo, para integrar todo el territorio con 13 mil km hacen falta 448 años. El proyecto presentado por la fundación que preside Guillermo Laura, permitiría construir 1300 km por año y completar toda la red en 10 años.