Para la campaña 2020/21 y de mantenerse los precios actuales, el complejo agroindustrial argentino lograría un ingreso de divisas de US$ 35.900 millones de dólares, sumando los principales granos y productos derivados. De efectivizarse este guarismo, se superaría en más de US$ 10.000 millones la marca del ciclo anterior y se estaría ante un máximo histórico en materia de valor de las exportaciones del sector.
A pesar de que la caída productiva rondaría el 9%, consecuencia de condiciones climáticas que han sido desfavorables a lo largo de los ciclos de los distintos cultivos, el efecto precio consecuencia del aumento en los valores FOB promedio de la gran mayoría de los granos y subproductos, lograría más que compensar dicha merma en la producción. Cabe aclarar que los precios FOB son proyectados en base a los valores vigentes para las distintas posiciones al 19/01. Este escenario se concretaría si persisten los precios actuales.
En el caso del trigo, el valor de las exportaciones proyectadas para la 2020/21 alcanzaría 2.570 millones de dólares, unos US$ 85 millones más que en la campaña anterior. Si bien en términos de volumen la caída productiva reduciría los saldos exportables en un 16%, esto sería más que compensado con el aumento del precio promedio anual de exportación, que pasaría de US$ 209 /t a US$ 268 por tonelada según las proyecciones al día de la fecha.
En lo que respecta al maíz, lo proyectado para la campaña 2020/21 indica que las exportaciones del cereal generarían un ingreso de divisas de US$ 7.340 millones, US$ 2150 millones o un 42% más que en 2019/20. Al igual que lo que ocurre con el trigo, los precios promedio de exportación para la campaña proyectados al día de hoy crecen un 52%, por lo que la baja en el volumen exportable (6%) quedaría sobradamente compensada.
En los últimos años el cereal ha visto crecer su preponderancia dentro de las exportaciones del sector agroindustrial. De hecho, en las campañas 2010/11 a 2015/16, los envíos de maíz al exterior representaron, en promedio, menos del 15% del total del valor de las exportaciones, en tanto que en las campañas 2016/17 en adelante dicho ratio creció a un promedio del 19%; y para el nuevo ciclo 2020/21 se proyecta una participación del 20% en el total.
En cuanto al complejo soja, la principal industria exportadora del país, lo esperado para el ciclo 2020/21 es un incremento en el valor de las exportaciones de US$ 7.350 millones en comparación con la campaña anterior y alcanzaría un total de 22.500 millones de dólares, debido, fundamentalmente a los mejores precios percibidos por las ventas externas de todos los productos que componen a la cadena.
El rubro harina de soja exportaría más de US$ 13.200 millones, unos US$ 4.050 millones más que durante el ciclo previo. Esto es producto de que los precios promedio para la campaña se ubicarían en US$ 473 por tonelada, más de US$ 140 /t más que en 2019/20, en tanto que el volumen despachado al exterior se vería marginalmente incrementado (1%). De esta manera, la harina de soja se convierte en el producto que más aportaría al incremento en el valor exportado por el complejo agroindustrial.
Por el lado del aceite de la oleaginosa, la proyección de exportaciones para la nueva campaña asciende US$ 5.120 millones, un 61% más que en 2019/20, y se posiciona como el producto que más incrementaría su valor exportado en esta campaña. Los envíos de biodiesel, en tanto, sumarían otros 880 millones de dólares.
El poroto de soja, por su parte, está en condiciones de registrar exportaciones por un valor cercano a los US$ 3.300 millones en la nueva campaña, unos US$ 1.000 millones más que el año anterior, mientras el girasol, la cebada y el resto de los cultivos aportarían otros 3.260 millones de dólares, unos US$ 650 millones más que en 2019/20.
De esta manera, cuando se observa la evolución de la generación de divisas de los principales productos que componen el complejo agroindustrial argentino, se vislumbra que el aumento en los precios de los principales productos agroindustriales que el país exporta permite más que compensar la caída productiva y logra que el ingreso de divisas de la cadena se ubique en un máximo histórico. Esto toma particular relevancia en un contexto en el que la inestabilidad macroeconómica ha sido signada por una crónica escasez de dólares.
De efectivizarse estas proyecciones, el Estado recaudaría en materia de derechos para exportación un total de US$ 8.500 millones, un 42% más que en 2019/20, y sería el mayor monto que ingrese a las arcas del tesoro por este concepto desde la campaña 2013/14. Dado que la soja y sus derivados son los productos que están gravados con una mayor alícuota y además son los que mayor valor de exportación tienen, no resulta sorpresivo que los productos del complejo sojero sean los que más aportarían a la recaudación total, con algo más de US$ 7.000 millones.
De hecho, sin considerar los años (2016-2018) en los que la soja y sus derivados eran los únicos productos del sector que se encontraban gravados y, por lo tanto, el total de la recaudación provenía de los mismos, esta sería la campaña en la que los productos del complejo explicarían la mayor proporción del total recaudado en materia de derechos a la exportación de productos agrícolas y sus derivados, un 83% del total.
Fuente: BCR