El economista Roberto Cachanovsky, el periodista Carlos Bermejo y Laura Margariti, una de las hijas de Antonio, protagonizaron un homenaje al intelectual rosarino. Emocionados, compartieron recuerdos y sentidos elogios para el economista que falleció víctima del coronavirus hace dos semanas. Compartimos el video y algunas de las frases más destacadas del panel homenaje coordinado por la Directora de ON24, Fabiana Suárez.
Roberto Cachanovsky
“Haber perdido a Antonio es una pérdida grande en lo personal, para las ideas del liberalismo y, sobre todo, en la comunicación, en el llegar a la gente.
En el período del kirchnerismo tuve muchas inspecciones de AFIP, siete. No había ningún abogado que quisiera tomar los casos porque tenían miedo. Antonio me dio una gran mano orientándome, siempre dispuesto a colaborar.
Yo diría que fue una gran persona en lo intelectual, una gran persona como amigo y un hombre de una vastísima cultura y debo agradecer a Gerardo Bongiovanni al haberlo conocido”.
Carlos Bermejo
“Para mí, hablar de Antonio es hablar de los grandes momentos que la carrera periodística me permitió disfrutar.
Yo había tenido a Antonio de profesor en la UCA cuando intentaba ser abogado. Era el único que lograba que todos los que nos fugábamos del salón para jugar al truco nos quedáramos. Era tan magnético porque nos permitía entender todo lo que para nosotros era críptico.
Antonio era un tipo llano, con simpleza, magnético y que hacía sencillo lo complicado. Cuando nos encontramos en los estudios del canal en los 80s, era un placer verlo llegar con antelación porque para él era casi una fiesta.
Este es un año descartable desde donde uno lo mire. Se nos han ido los buenos. Creo que, si hubiera muchos Antonios, este país no tendría esta fragmentación en la que estamos sumidos”.
Laura Margariti
Papá era un trabajador extraordinario. Cada cosa que escribió tenía un enfoque distinto. Tenía una mente poderosa, original y se caracterizó por ver a la economía no como una materia estrecha, sino como un producto de la decisión humana.
Entendía que quienes la desconocen y toman decisiones en nuestra vida, generan problemas. En lo personal no conocí a otro hombre que estuviera tan inmerso en su trabajo. Mi imagen es verlo sentado en su escritorio leyendo, escribiendo y enviando sus artículos.
Creo que una de sus mayores virtudes fue el coraje moral. Así como le gustaba la historia, le encantaba la ciencia, pero nunca perdió su simpleza.
Desde el punto de vista de la familia fue amado por todos. Nos enseñó el valor del trabajo duro. Fue dueño de un taller de herramientas fantástico porque todo lo que caía en sus manos lo arreglaba. Construyó muebles, pesebres y arregló los juguetes de sus nietos. Siempre estuvo en los momentos de las tres, tanto en los buenos como en los malos.
Se fue hace quince días y nos queda la tranquilidad de que se fue asistido por su fe cristiana”.
