El cardiólogo rosarino Rafael Díaz lidera la investigación clínica que busca probar los efectos del consumo de Omega 3 para bajar la tasa de infección de SARS-CoV-2 y disminuir también sus complicaciones. Así, Fundación ECLA, la cual preside, junto a la Universidad de Harvard, llevan adelante un ensayo clínico que alcanzará a dos mil voluntarios de todo el país.
PREPARE-IT surgió este año con motivo de la pandemia de coronavirus. Díaz, con más de 30 años de experiencia en ensayos clínicos, decidió junto a sus colegas estadounidenses probar los efectos del consumo de un tipo de ácido graso omega-3, llamado ácido eicosapentanoico (EPA por sus siglas en inglés) en la transmisión y contagio del SARS-CoV-2 en la población.
El ensayo fue diseñado originalmente para que los voluntarios sean trabajadores de la salud, sin embargo la alta circulación viral en las grandes ciudades hizo que se extienda la búsqueda de voluntarios a la población general. El estudio además permite que las personas mayores de edad participen.
Dos mil individuos aportarán así, una mayor cantidad de pruebas que aumenten también las posibilidades de hallar resultados concretos. Al momento son unos 1600 voluntarios que ya iniciaron el proceso del ensayo que dura dos meses en cada individuo.
El ensayo clínico está planteado de modo comparativo, lo que se conoce en investigaciones como un doble ciego. A cada voluntario se le asigna de manera aleatoria, y sin saber a quién, o las dosis de la droga Vascepa, o bien un placebo. Los resultados que se obtengan de la investigación de ambos grupos compuesto por mil voluntarios cada uno, servirán para comprobar la efectividad de la droga en la prevención de contagios de SARS-CoV-2.
“El objetivo es demostrar si la administración de altas dosis de EPA –un Omega específico- reduce la tasa de contagio por SARS-CoV-2. Es un tema semántico, si bien no podemos hablar de contagio en sí, nosotros queremos demostrar que bajamos la Tasa de PCR positivos e infecciones clínicas como esperamos”, explicó Díaz.
Lo que se hace es administrar Omega 3 en altas dosis. La droga utilizada en el ensayo clínico se llama Vascepa, una droga que se utiliza en Estados Unidos y que redujo complicaciones cardiovasculares y mortalidad cardiovascular en pacientes de riesgo cardiovascular aumentado cuando se lo administró durante cinco años. “Se redujo un 25% las complicaciones y un 20% la mortalidad en este tipo de pacientes, es muchísimo”, destaca el cardiólogo sobre el estudio en el que ya se probó la seguridad de su administración, además de los resultados en ese tipo de pacientes.
¿Cómo y por qué una droga que se utiliza en pacientes cardíacos puede ser efectiva en la prevención de una trasmisión viral? “Porque hay algún modelo experimental básico, no clínico, que demuestra que el Omega tiene propiedades antibacterianas y antivirales”, explica el investigador. Ahora bien, la investigación básica indica ese camino, pero el desafío es hacer investigación aplicada.
El equipo liderado por el médico cardiólogo del ICR redobló el desafío al encarar el ensayo y sobre todo al proponerse alcanzar un número de voluntarios que permita llegar a conclusiones más que sólidas. “Para demostrar algo tiene que ser realmente un estudio que no sólo esté bien hecho sino que sea informativo. Por lo menos dos mil casos para detectar al menos un 20 por ciento de infectados: 400 infectados para tener idea de si el Vascepa reduce o no la tasa de infecciones”.
El respaldo de una trayectoria en investigación
“Hace 35 años que hacemos investigación clínica, con ECLA empezamos con la investigación clínica en cardiología en Argentina y en Latinoamérica hace más de 30 años”, explica Díaz que tiene más de 100 ensayos clínicos en su haber. “En esta ocasión desde la cardiología empezamos a investigar un tema relativo a Covid-19 que después se expandió a grupos clínicos e infectólogos. Lo hicimos porque tenemos mucho entrenamiento en investigación y porque tenemos una red muy amplia. Eso demostró que la investigación clínica puede ser aplicada a cualquier disciplina”.
Cómo participar
El proceso es muy sencillo, quienes quieran participar del estudio deben completar un formulario de simples pasos. Si cumplen con los requisitos y una vez preseleccionados, los participantes reciben indicaciones simples y aguardan la primera visita de un médico que en su domicilio le realiza un hisopado para descartar Covid-19, una muestra de sangre inicial y le entrega las dosis diarias de comprimidos que deberán tomar dos veces al día durante dos meses.
El seguimiento se hace a través de una plataforma a la que cada voluntario accede con su usuario y contraseña, además de una línea telefónica dispuesta especialmente para cualquier consulta.