Una joven restauradora de muebles rosarina festejó sus diez años en el oficio abriendo las puertas de un showroom de diseño en una gran casona. Casa Tina, el espacio de Tina Aranguren, cumple un sueño que nació en un pequeño taller en una terraza.
A los 23 años, recién recibida de arquitecta, comenzó a trabajar en empresas de arquitectura y construcción sin lograr sentirse cómoda. Por idea de su mamá y con una revista Living en mano decidió su destino, arriesgó y ganó. Un pequeño espacio en la terraza de sus padres fue su primer taller; diez años después con un crecimiento a la par que su comunidad en Redes sociales, abrió su propio showroom y una tienda virtual.
Una década atrás, cuando Tina apostó por su idea, la gente “se sacaba de encima los muebles viejos”, y solo se restauraban en viejas mueblerías y casas de antigüedades donde el oficio del restaurador se reservaba a unos pocos con un estilo bastante conservador. “Yo empecé a reciclar, a cambiarle la onda, lavarle la cara, usar mucho color. En las casas de antigüedades eso estaba hasta mal visto, era algo más relacionado con el arte”, contó la influencer de muebles, con una comunidad en Instagram de decenas de miles que siguen de cerca sus Deco Tips.
“Todo se empezó a dar por el boca en boca, evidentemente en Rosario se necesitaba algo así porque empezó a crecer y crecer”, cuenta sus inicios y cómo fue apostando a seguir creciendo: este años mi proyecto era abrir las puerta de mi propio Showroom, cumplía diez años y soñaba una casona, no un negocio con vidriera a la calle sino algo privado, a mi la pandemia me hizo dar este salto, reinventarme”.
En el enorme espacio de diseño de calle España al 2300 abrió hace un mes un multiespacio donde vende sus muebles, y da lugar a otras emprendedoras para que ofrezcan sus productos de decoración: muebles, cuadros, almohadones, mantas y un montón de objetos decorativos acompañan el showroom donde también armó su nuevo taller. La consigna “Quedate en casa” de este 2020 acompaño el salto: “el aislamiento invitó a revisar lo que nos rodea y hay cada vez más encargos: en el taller tengo a muebles a pedido con turnos entregados hasta diciembre”, cuenta.
La contracara digital
Tina se convirtió sin planearlo en una influencer de la decoración. Su comunidad en redes sociales pegó saltos inimaginables, las marcas comenzaron a buscarla y el ida y vuelta fue maravilloso. La arquitecta le sacó jugo y, con Instagram como aliado, armó su propia tienda virtual que tiene cada vez más movimiento.
“Claramente nunca lo planifiqué, se fue dando a partir de que crecían los seguidores y a la gente le gustaba mucho ver mi vida día a día, cosas cotidianas que empezaron a ser muy visualizadas, yo no lo podía creer. Cuando mi cuenta llegó a los 20 mil seguidores las mismas marcas me empezaron a ofrecer acciones en redes y ahora cada vez más marcas y más importantes me buscan para esto”, explica la joven que se define a sí misma: “Si puedo influenciar para bien, bienvenido, pero yo me siento sólo una influencia como la chica que recicla muebles”.