Las cifras de exportación de carne vacuna del séptimo mes del año volvieron a recuperarse tras la caída de junio, alcanzando unas 53.426 toneladas peso embarque. En lo que va del año, las ventas totales acumulan 327.804 toneladas, dentro de los cuales China sigue siendo, por lejos, el principal destino computando el 75% de participación, situación que expone a nuestros productos a una alta dependencia de este mercado.
Sin embargo, en los últimos meses y en medio de un contexto de gran debilidad del resto de los mercados a causa de la pandemia, comenzó a emerger otro destino con enorme potencial de crecimiento para la Argentina. En concreto, nos referimos a Estados Unidos, un mercado cuya demanda registra un crecimiento exponencial para nuestro país, luego de varios años de cierre debido a los brotes de fiebre aftosa registrados en 2001. En estos primeros siete meses del año las exportaciones de carne vacuna congelada y refrigerada al país del norte totalizan unas 13.841 toneladas, por un valor cercano a los 66 millones de dólares, desde tan solo 1.550 toneladas exportadas durante todo el 2019.
Recordemos que Estados Unidos otorgó a Argentina a fines del 2018 una cuota de 20.000 toneladas de carne que ingresan al país con un arancel preferencial. Dentro de la cuota, el arancel que se aplica es de USD 44 por tonelada lo que, a valores promedio de 4.800 USD/ton equivale a menos del 1% de arancel para la mayoría de los productos. Por fuera de este contingente, el arancel vigente es del 26,4%.
De acuerdo a los datos que publica la Subsecretaria de Mercados Agropecuarios, a fin de julio se llevaban certificadas unas 13.589 toneladas, lo que cubría cerca del 68% de dicha cuota. Sin embargo, según revelan fuentes de la industria, a mediados de agosto ya se habría completado el último embarque registrado con arancel preferencial, dato que se confirmará con las certificaciones de agosto.
Según las cifras del INDEC, el valor promedio por tonelada efectivamente exportada hasta julio fue de USD 4.763, de las cuales aproximadamente un 10% corresponde a carne refrigerada, a valores medios de USD 6.150 la tonelada y el resto, carne congelada cuyos valores FOB rondan los USD 4.600 la tonelada. Si bien la tendencia de precios fue descendente a lo largo del año, la trayectoria no escapó a lo visto en el resto de los mercados que, en promedio, también registran caídas en el valor de compra del orden del 20%, desde inicios del año.
En volumen, las 5.689 toneladas exportadas durante julio, marcan un crecimiento del 37% respecto de las 4.100 toneladas de junio y cuatro veces más que las 1.000 a 1.200 toneladas exportadas durante los meses de marzo y abril, tras haber partido de menos de 300 toneladas en enero, previo al inicio de la pandemia.
Este exponencial crecimiento de los embarques argentinos hacia Estados Unidos permitió, al igual que lo visto con otros países, amortiguar el efecto de la menor oferta disponible en pleno pico de la pandemia. Recordemos que, a causa de los brotes de coronavirus, el gobierno de Donald Trump ordeno el cierre temporal de unas 18 plantas frigoríficas, generando una fuerte disrupción en toda la cadena de distribución interna. Esta situación llevo a países como Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Irlanda y, entre ellos, Argentina, a reposicionarse en el ranking de proveedores del mercado americano mientras que otros, con mayor participación de mercado, como Canadá, Australia o Brasil, sufrieron caídas producto de similares contingencias. De acuerdo las cifras publicadas por el Servicio de Investigación Económica (ERS, por sus siglas en inglés) dependiente del Departamento de Agricultura de EE.UU., las importaciones de carne vacuna durante el primer semestre del 2020 fueron las más altas de los últimos dos años. De enero a junio, el país registró compras por 735 mil toneladas, un 3% más que en 2019 y 6% más que en igual período de 2018. Cerca de la mitad de los ingresos de este primer semestre corresponden a Canadá y México, este último muy favorecido por la competitividad de su moneda.
En este mismo informe, el organismo elevó sus previsiones de importación para el segundo semestre del año al igual que para el 2021, impulsado por una sólida demanda local de carne de calidad. Las proyecciones para todo el 2020 se sitúan en torno a las 1.420 mil toneladas desde las 1.387 mil toneladas del año previo. Para el caso de Argentina, a pesar de haber cubierto la cuota de 20.000 toneladas con arancel preferencial, aún existen posibilidades de seguir embarcando a este destino. Los próximos embarques sin dudas deberán adecuar las condiciones al nuevo costo arancelario. En primer lugar, serán exportaciones enviadas por vía marítima en lugar de despachos aéreos. Por otra parte, deberán explorarse otros cortes especiales de alto valor, similares a los que consume Europa para Cuota 481 o incluso intentar una mayor penetración en lo que refiere a cortes con certificación Kosher, teniendo EE.UU. la mayor comunidad de la diáspora judía del mundo. Otro de los puntos a trabajar, como en todo nuevo mercado, es en la generación de una red de distribución local, capaz de llegar en forma directa al segmento de restaurantes y puntos de venta donde pueda obtenerse un mayor valor agregado. Estados Unidos es un mercado con capacidad de absorber cerca de 1,4 millones de toneladas de importación al año. Excluyendo a China de los cinco principales destinos de nuestras exportaciones -cuyo mercado duplica al americano-, la necesidad de aprovisionamiento externo de Estados Unidos se encuentra muy lejos de las 115 mil toneladas de Israel, las 300 mil de Europa o incluso las 340 mil de Chile. En concreto, existe un gran trabajo de desarrollo por delante que puede llevar a esto que hoy pareciera ser un nicho, a un potencial ‘nuevo’ gigante para nuestras carnes.